Se acabó el cuento de que 2 era más que 3.

G.M

Durante cinco años, por esas dinámicas curiosas de la comunicación política, se convenció a la población de Carmelo de que dos era más que tres y de que toda la responsabilidad por los problemas del municipio recaía en los dos concejales del Frente Amplio. Así, sus proyectos fueron cajoneados y luego presentados como propios por la mayoría, mientras se los acusaba de «violentos» por alzar la voz o de «poner palos en la rueda» cuando señalaban irregularidades o se oponían a decisiones cuestionables.

Pongamos las cosas en claro, con letra sobre papel: la responsabilidad del estado actual de Carmelo, a 213 años de su fundación, recae exclusivamente en los tres concejales del Partido Nacional, que conformaron la mayoría gobernante en el municipio. 

A diferencia del período anterior, cuando el buen relacionamiento de la alcaldesa con los consejales Petit y Bastarreix le permitía sortear internas y peleas con los pares de su partido y asegurarse una mayoría -lograr el número mágico de 3 a la hora de votar-, en este ciclo que termina los dos concejales del Frente Amplio no se prestaron al juego. Desde el inicio, marcaron una postura clara: las cosas deben hacerse bien, con transparencia y en respuesta a las necesidades del pueblo, no al clientelismo ni a manejos poco claros.

Frente a este inesperado principismo, respaldado por la voluntad popular, el discurso oficialista optó por la victimización, repitiendo una y otra vez la frase «palos en la rueda». Sin embargo, la realidad mostró que las profundas diferencias de criterios a la hora de acompañar a la alcaldesa que mostraron los otros dos concejales blancos,  terminaron empantanando al municipio, una situación cuya responsabilidad recae pura y exclusivamente en los tres concejales de la mayoría gobernante.

Ahora, en el nuevo período que comenzará oficialmente el 9 de julio, el Partido Nacional contará con cuatro concejales oficialistas. Será difícil que puedan culpar a la única concejal que el Frente Amplio tendrá en el municipio, especialmente considerando los errores propios que la dirigencia frenteamplista de Carmelo aún prefiere ignorar. Por primera vez en la historia del municipio, la izquierda local estará representada por un solo concejal.

Es necesario decirlo: hubo un abandono explícito hacia el equipo de concejales del Frente Amplio que, por no alinearse con la orgánica de Héctor Grosso, fueron dejados a la deriva por la cúpula de la izquierda carmelitana. Pero de esto ya hemos hablado.

Lo cierto es que Carmelo no está bien. Es una ciudad que no funciona como debería y que necesita una conducción clara y responsable por parte de los cuatro concejales oficialistas que ahora conforman la mayoría del Partido Nacional. 

Nada más dar una vuelta por Carmelo cualquier domingo y preguntarse cuantos turistas volverían a esta ciudad después de ver contenedores desbordados de basura por toda la  ciudad.

Mientras tanto, esperamos que la concejal opositora haga de la oposición un espacio de fiscalización rigurosa, como lo manda la Ley de Participación Ciudadana, para controlar cualquier desmanejo de la cuaterna gobernante.

El pueblo los puso en esos lugares, y al pueblo deberán rendirles cuentas. Queda claro que los cuatro concejales serán los únicos responsables del balance que la ciudadanía haga al final de su gestión. 

Por ello, deseamos que tengan la mejor gestión posible, para el bienestar de toda la comunidad.