La oportunidad de Moreira

MoreiraAsuncionAl contrario de lo que su partido estuvo pregonando en la campaña electoral a nivel nacional, por estas horas, el intendente de Colonia debe estar lamentando no tener mayorías propias en la Junta Departamental que le permitan llevar adelante con soltura su propio proyecto de gobierno. Desde la Junta se asegura que los votos zimmeristas son factor de negociación para que Moreira no profundice mucho en la gestión del ex intendente.

Por un lado, el Frente Amplio lo llama a Sala y le pide que detecte responsabilidades en el déficit de 25 millones de dólares encontrados por la auditoría y pase las irregularidades a la justicia. La izquierda coloniense quiere ver documentos sobre lo ocurrido en Cooperación Internacional, quiere ver las últimas compras del ex intendente Walter Zimmer,  y quiere ver que es eso del cambio de camioneta que se conoció por EL ECO.

Moreira tiene claro que, con los datos exiguos surgidos en la conferencia de prensa sobre el grueso de los números municipales, el Frente Amplio no le votará el crédito de quince millones de dólares a pagar más allá de su período de gobierno. Por lo tanto deberá conformarse con mucho menos, que es lo que puede obtener y pagar en sus cinco años de gobierno.

Por otro lado, Moreira tampoco cuenta con votos propios,  y necesitará que los cinco ediles de Zimmer en la Junta departamental levanten la mano. Es cierto que el Espacio 19 es un grupo político en extinción,  y que Moreira tuvo la habilidad de arreglar con cada una de las cabezas de las cinco listas que iban con el Espacio 19, dejando o colocando jerarcas directos de esos dirigentes en su gobierno.

Sin embargo, la influencia de Walter Zimmer en la interna nacionalista aún no se esfumó completamente, y Moreira podría ver comprometidos esos votos, que además necesita para votar el presupuesto quinquenal, es decir el documento donde definirá las obras y políticas, que señalarán su gestión.

Pero además, el devenir de los sucesos le cuelga aún más dudas sobre su gestión que prometió “de transparencia y corrección administrativa” en la asunción del 10 de julio.

En Tránsito, los trabajadores cuestionan que les quitaron las horas extras que componían gran parte de su ingreso, se sostiene que en esa repartición hay demasiados caciques, está el Director actual, el Asesor que venía del periodo anterior Walter Lorenzi que continúa en eses cargo,  y ahora se suma el Ing. Lucas Facello a quién se le adjudica un salario bastante superior a los cien mil pesos.

Fuentes de esta repartición,  nos dicen que se ordenó no utilizar más el radar, y que en la noche de la Nostalgia hubo una orden verbal de hacer inspecciones entre las seis de la tarde del 24 y la una de mañana del 25, noticia que seguramente de confirmarse pondría los pelos de punta al Director de la Unasev Gerardo Barrios porque señala que, al menos en Colonia,  no hubo espirometrías hechas en el horario de mayor peligrosidad en el uso de alcohol a la hora de conducir. La escasa presencia de inspectores en lugares y horas conflictivas pudo apreciarse notoriamente en los últimos meses.

Las órdenes verbales, que los funcionarios reciben pero no quedan documentadas, fue un clásico durante las anteriores gestiones de Moreira y ya empezamos a recibir datos que comenzaron a utilizarse nuevamente.

Ordenes verbales, sistemas de gestión obsoletos, laxitud en los controles y conductas erráticas,  como la utilización del dinero del gobierno nacional del municipio de Carmelo para destinos que no son la realización de obras, son signos preocupantes para una administración que recién empieza.

Por ello, la interpelación del miércoles puede ser una buena oportunidad para el intendente Carlos Moreira, quién la puede aprovechar para dejar un mojón en el legislativo departamental, sobre cual será el rumbo que tendrá su gestión en los próximos cinco años, remarcando aquello sobre lo que hizo énfasis en el discurso de asunción: transparencia administrativa, austeridad y aceptación del contralor por parte de la Junta Departamental.

Sin mayorías propias, ser consecuente con lo prometido, puede ser el único camino posible.