¿Por qué militares en las rutas?

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Militares en Ruta 21 en acceso a Nueva Palmira. G.M

Por qué hay en la ruta, en medio de un puesto sanitario, una persona vestida como para la  guerra, empuñando un arma larga parado enfrente de mi vehículo. Porque este señor, seguramente una excelente persona a la que le ordenaron ubicarse en ese lugar, está ahí, armado con un arma larga, de las que se usan en los enfrentamientos bélicos, impidiendo mi derecho a circular en libertad por las rutas de mi país.

No está solo, hay otro grupo de militares igualmente armados un poco más allá, y una carpa militar al otro lado de la ruta, detrás del puesto sanitario.

No estamos en guerra con ningún país, por lo tanto no se justifica la presencia de un militar armado en medio de una ruta nacional.

Tampoco estamos o hay en nuestro país un conflicto interno, una situación de conflictividad social, una rebelión o una guerra civil, que justifique la presencia militar en nuestras calles.

La explicación sobre su combate al narcotráfico, al contrabando y al abigeato no es explicación suficiente, por más que el parlamento haya habilitado por vía de una ley, la ocupación militar en un quinto del territorio nacional.

Para un civil con credencial cívica, en pleno ejercicio de sus facultades y conocimiento de sus derechos, con cabal sentido de sus derechos democráticos, es inaceptable la presencia militar que hoy vemos en nuestras calles.

Si necesitan personal para acompañar a los civiles que fueron apostados allí para tomar la temperatura a los conductores que llegan a Nueva Palmira, pues bien, que se convoque a las instituciones civiles de ayuda pública que hay a montones en nuestro país, desde Cruz Roja al Rotary Club. Si se necesita seguridad, que se convoque a personal policial.

Nunca a los militares. No es su tarea, no es para lo que fueron educados y no deberían estar ahí, armados como en una guerra parados ante mi, un civil desarmado y con una credencial en su bolsillo que claramente indica la vocación democrática nunca militarista de mi país.

Que no saben que hacer con 20 mil soldados en los cuarteles. Bien, es otra discusión que deberíamos dar como sociedad, discutir si es necesario tanto ejército en un país como el nuestro, o si con un grupo entrenado en tareas navales, aéreas y terrestres, de mucho menor cantidad que el actual, sería suficiente. 

Es una discusión que se deber dar, pero mientras tanto, los militares armados como en una guerra, no deberían estar enfrente de mi vehículo, en una ruta nacioal de libre circulación, haciéndome una demostración de fuerza gratuita, intimidando a un civil con su presencia, sin un argumento razonable que lo justifique.

Para combatir el narcotráfico, el abigeato o el contrabando no necesitan estar en medio de una ruta de tránsito común y silvestre. Para ello pueden hacer investigación e inteligencia.

La Marina tiene la División de Inteligencia de Prefectura y el  N2 que es Servicio de Inteligencia de la Armada. El ejército cuenta con  el Departamento de Inteligencia, diversas secciones de inteligencia en el S2 , compañías de contrainformación y dispone de la Escuela de Inteligencia del Ejército, en tanto que la Fuerza Aérea dispone de una Sub Dirección de Inteligencia, según contó recientemente el colega Carlos Peláez.

En tiempos de paz, con pleno vigencia del Estado de Derecho, con una democracia consolidada como la uruguaya desde 1985 hacia acá, la presencia militar afuera de los cuarteles, interactuando en las cuestiones civiles como es la cuestión sanitaria, no es de recibo. Los militares no debería estar ahí.

Nada justifica su presencia porque la misma ponen innecesariamente en alerta nuestros sentido de seguridad, alteran nuestro estado de tranquilidad social y perturba la imagen de país pacífico que hemos construido.

En tiempos de paz, no hay argumento institucional adecuado que justifique la presencia de militares armados, mostrándose en las rutas de nuestro país.

No la hay, por más que quieran vestir a la mona de seda.

FIN

Un país sin ejército. Una uruguaya en Costa Rica cuenta como es.

¿Son necesarias las fuerzas armadas en Uruguay?

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Gabriel Monteagudo

Desde hace 72 años Costa Rica es uno de apenas una veintena de países en todo el mundo desprovisto de fuerzas armadas. El país apostó a la inversión en educación, salud e infraestructura.

Un cuartel militar ubicado en el centro de San José pasó a ser el Museo Nacional de Costa Rica hace 72 años, luego de que allí se aboliera oficialmente el Ejército de Costa Rica. Fue el entonces presidente José Figueres quien, con un simbólico mazazo al muro del cuartel, dio por eliminado el cuerpo castrense.

Ocurrió un primero de diciembre de 1948 y se trató de un hecho inédito en la región y poco usual en el mundo entero, un hito que ha destacado al país a nivel mundial, pero que además ha traído beneficios a su sociedad.

“Imaginemos lo que es no invertir en tanques, en armas o en personal militar durante 72 años de manera consistente, el ahorro que eso implica, pero, a su vez, eso también explica por qué hemos logrado hacer otras inversiones importantes en educación, en medio ambiente. Además, invertir en eso nos ha permitido un desarrollo humano que consideramos positivo”, afirman en este país.

Con el fin de una guerra civil y la abolición del ejército a finales de la década de 1950, Costa Rica ha venido aumentando su gasto en infraestructura, salud y educación.

Si Costa Rica no hubiera abolido el ejército, el PIB del país sería mucho más bajo hoy. “La abolición del ejército implicó un aumento en la tasa de crecimiento del PIB per cápita del país. Básicamente fue un aumento de un punto porcentual. Es decir, el país crecía alrededor de 1,31% de PIB per cápita por año, antes de 1950 y después de ahí hasta 2010 crecía alrededor de 2,44%”. En un país sin ejército “se vive una cultura de paz”, aseguró el presidente Alvarado.

Un gran contraste con todos los países latinoamericanos es que aquí no desfilan militares. No son los militares los que representan los valores cívicos, son los estudiantes los que salen a las calles a celebrar nuestros valores patrióticos.

Una nación sin ejército, por supuesto, no significa que no tenga cuerpos de seguridad. Es la policía la encargada de la protección ciudadana. El Ministerio de Seguridad Pública, a través de sus distintas direcciones, realiza las tareas de las cuales se encargan los ejércitos en otros países, tales como el control de drogas o el resguardo de costas y fronteras. Con la decisión de eliminar sus fuerzas armadas, Costa Rica, además, ha apostado al diálogo, la diplomacia y el multilateralismo para dirimir conflictos nacionales y regionales,

Una uruguaya en Costa Rica sobre el gasto militar “ese presupuesto se destina a educación y salud”

Cecilia Lema es uruguaya, oriunda de Montevideo pero sigue la información uruguaya a través de la web de EL ECO a partir que publicamos la noticia sobre su esposo Joaquín Aguirre que está jugando al fútbol en Costa Rica “Si estoy viviendo hace 8 meses aquí en Costa Rica” y nos contactamos luego que comentara una publicación nuestra de esta semana, sobre la presencia de militares en las calles de Carmelo “Yo apenas llegue lo primero que me comentaron fue eso. Aquí somos un país sin ejército. Ese presupuesto se destina a educación y salud y la verdad la educación es de alto nivel al menos a nivel primaria que es donde yo tengo metida a mi hija” cuenta

Cecilia nos contó que “las escuelas públicas están súper cuidadas parecen las privadas de Uruguay. Para los ticos es bueno eso que se hizo porque en definitiva tenes un montón de personas cobrando sueldos grandísimos al cuete. O como vi en los comentarios para ayudar en las inundaciones (cosa que no les corresponde)” señala “Costa Rica es un país tranquilo. Yo además vivo en una provincia no en capital entonces es aún más tranquilo” y cuenta que “este tiempo hubo problemas en la frontera con Nicaragua porque se estaban pasando infectados con covid pero mandaron a los policías y listo” señaló

Costa Rica es un país pequeño como Uruguay “creo que con un poco más de habitantes rondan los 5 millones sinceramente no creo que nunca necesiten ejércitos para una posible guerra. Y te repito yo con la educación estoy encantada. Mi hija tiene trastorno del desarrollo y la incluyeron en la escuela pública con un programa especial para ella y tiene además las terapias que necesita. Terapia del lenguaje y educación especial en la misma escuela

Cosa totalmente imposible en Uruguay. Que tenes dos opciones o pagas colegio privado o pagas una acompañante terapéutica. Aquí le dan todo” dijo “Así que ves que realmente ese presupuesto hizo diferencia tienen comedor, inglés, educación física y religión opcional” señala.

“Yo sinceramente a nivel inclusivo para mi hija me encanta y estoy feliz acá. La gente es muy buena onda” señala y la consultamos sobre si piensan regresar y sobre la seguridad en ese país “mi esposo juega al futbol acá entonces no sabemos dependemos de su contrato. Nos juntaría quedarnos un tiempo largo por acá” dice “la seguridad es como en todos lados creo yo. Acá lo que no ves, no hay son asaltos a mano armada. Y tampoco veo que maten para robar una moto o un auto. Los asesinatos son más que nada por el tema narco. Entre ellos se dan plomo. Y como en todos lados uno se cuida pero no vivimos con miedo la verdad sentimos más tranquilidad que en Montevideo” señala.

Antes de la dictadura.

Según se puede ver en la página del Banco Mundial, Uruguay gasta en mantener a las Fuerzas Armadas el dos por ciento del Producto Interno Brugo. Eso es la misma cifra que se adjudicó al presupuesto nacional de 1972, antes de la dictadura. Después en dictadura aumentaría abundantemente a un 6,4% del PIB en el año 1982. Ya en el primer gobierno de Julio Sanguinetti a partir de 1985 el presupuesto militar bajó nuevamente a los niveles históricos del dos por ciento y estuvo más bajo en los gobiernos del Frente Amplio. Entre 2011 y 2015, gobierno de José Mujica, se ubicó entre el 1,7 y 1,8 del PIB, siendo los valores históricos más bajos. La última cifra, de 2019, señala un retorno al 2% del PIB lo que significan unos 1.200 millones de dólares al año.

Sólo de pensar el total de dinero que eso significa, y lo que podría hacer el país con el dinero utilizado en gasto militar desde el retorno a la democracia hasta ahora, la cifra da escalofrío.

FIN.

¿Para qué queremos Fuerzas Armadas?

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Gabriel Monteagudo

Gastamos más dinero en cuestiones militares que Venezuela. Aunque usted no lo crea, Uruguay gasta más dinero en mantener a sus Fuerzas Armadas que el dinero que gasta Venezuela. No sólo en moneda contante y sonante, sino también porcentualmente en relación al ingreso anual de los uruguayos.

Esta frase, que parece increíble, resulta totalmente comprobable en estas líneas que siguen a continuación.

Venezuela tiene 115 mil efectivos activos, Uruguay 24 mil. Venezuela tiene 32 millones de habitantes, Uruguay 3.

Venezuela gasta en la actualidad unos quinientos millones de dólares al año en sus militares, Uruguay más de mil.

Las cifras son públicas y se pueden obtener del Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (también conocido como SIPRI por su sigla en inglés). Sipri es un instituto de estudios estratégicos fundado en 1966 con motivo de 150 años de paz ininterrumpida en Suecia. Sus datos son, inobjetables.

¿Y ahora quién podrá defenderme?

De quién nos van a defender, cual es la soberanía que protegen, para qué necesitamos treinta mil uruguayos integrando una fuerza que en términos reales absolutamente inútil en el mundo moderno.

Es cierto que son útiles en momentos de inundación y otros desastres, es cierto que son útiles como policía marítima, o como policía aérea, eso y poco más.

Su utilidad se puso en el tapete en los últimos días, como consecuencia del informe internacional que se dio a conocer, donde los soldados uruguayos resultaron responsables de abuso sexual y embarazo infantil. Además, desde el gobierno electo se anunció que se van a destinar más millones de dólares para sueldos y equipamiento.

Desde siempre, las Fuerzas Armadas son, básicamente, el lugar donde llegan los uruguayos con menos formación académica y menos expectativas de futuro. Fundamentalmente el ejército ha sido, a lo largo de la historia de nuestro país, el lugar donde lo uruguayos de menos recursos y menos educación, consiguen un trabajo estable en el Estado, y un futuro seguro.

Son aproximadamente unos 30 mil efectivos organizados en cuatro divisiones y cinco armas. En 2019 se redujeron de 16 a 12 los generales, se aumentaron de 6 a 7 los generales de la Armada y se mantienen en 6 los de la Fuerza Aérea. El número de coroneles se redujo de 197 a 130 en el ejército y de 97 a 76 almirantes en la Armada, en tanto se aumenta de 39 a 45 los coroneles de la Fuerza Aérea.

Todo esto, nos cuesta 500 millones de dólares al año en la Caja Militar, con jubilaciones a edad temprana y de más del doble que la jubilación de cualquier trabajador uruguayo como usted o como yo.

El partido nacional a través de su senador Javier Garćia anunció que si ganaba las elecciones como ocurrió, se invertirá más dinero aún en sueldos, armamento y equipamiento.

¿Para defendernos de quién?

Anda circulando una frase por internet que dice que una madre en Costa Rica tiene la tranquilidad de saber que su hijo nunca será un soldado. Costa Rica, con un territorio como el de uruguay y una población similar, eliminó las Fuerzas Armadas el 1 de diciembre de 1948. Costa Rica nunca fue invadida.

El ejército como concepto clásico, sólo sirve para desfilar en las fiestas patrias porque como fuerza militar es absolutamente inútil, por su número, por su equipamiento y porque las batallas en la actualidad no se ganan enviando al frente de batalla a un grupo de personas armadas.

Algunos de sus integrantes, son útiles en los desastres naturales y catástrofes. Pero no más de, pongamosle 200 efectivos. Hagamos entonces una Unidad de Salvamento especializada en tierra, otra en el mar para hacer de policía marítima, otra en el aire para que sea la policía aérea. Para ello no son necesarios treinta mil personas, todos empleados del Estado y muchos de ellos sentados en los cuarteles, jugando a una guerra que ya no existe.

Dejemos los Blandengues que cuidan al Presidente de la REpública y los restos de José Artigas, como fuerza testimonial, y liberemos a los demás al mercado laboral.

Para que queremos Fuerzas Armadas.

Las Fuerzas Armadas son, básicamente el lugar donde llegan los uruguayos con menos formación académica. Fundamentalmente el ejército ha sido, a lo largo de la historia de nuestro país, el lugar donde lo uruguayos de menos recursos y menos educación, consiguen un trabajo estable y un futuro seguro.

Son aproximadamente unos 30 mil efectivos organizados en cuatro divisiones y cinco armas. En 2019 se redujeron de 16 a 12 los generales, se aumentaron de 6 a 7 los generales de la Armada y se mantienen en 6 los de la Fuerza Aérea. El número de coroneles se redujo de 197 a 130 en el ejército y de 97 a 76 almirantes en la Armada, en tanto se aumenta de 39 a 45 los coroneles de la Fuerza Aérea.

El partido nacional a través de su senador Javier García anunció que si ganaba las elecciones como ocurrió, se cambiaría esta ley.

Unidades Históricas

  • Batallón «Florida» de Infantería Nº 1- Unidad de custodia y protocolar exclusiva del Poder Legislativo (24 de febrero de 1829)
  • Regimiento Blandengues de Artigas de Caballería Nº 1 y su Charanga «Grito de Asencio» – Unidad protocolar exclusiva del Poder Ejecutivo, quien además se encarga de la custodia del Presidente de la República y de los restos del General José Gervasio Artigas.
  • Compañía de Zapadores de 1837 – Unidad de custodia y protocolar exclusiva del Poder Judicial
  • Sección «Telegrafistas de 1923», integrante del Batallón «Libertad o Muerte» de Comunicaciones Nº 1- Unidad Protocolar del Comando General del Ejército.
  • Batería de Artillería Ligera de 1830, Grupo «Brigadier General Manuel Oribe» de Artillería 105mm Nº 1

Gasto militar

Las fuerzas armadas del Uruguay están subordinadas constitucionalmente al presidente de la república a través del ministro de Defensa. A 2003, Uruguay cuenta con más de 3.000 soldados uruguayos en doce misiones de paz de las Naciones Unidas. Los contingentes más grandes se encuentran en la República Democrática del Congo y en Haití. En la península de Sinaí, se encuentra un destacamento de 85 hombres.

Las Fuerzas armadas uruguayas cuentan con una fuerza total de 30.000 efectivos aproximadamente.

En el año 2018 Uruguay tuvo un gasto militar de 1168 millones de dólares, cifra que sólo fue superada en 2015 cuando el presupuesto militar significó un gasto de 1077 millones de dólares.

En tiempos del inicio del gobierno de izquierdas, esto es 2004-2007, el gasto militar bajó a menos de 800 millones de dólares, esto es, 726 millones en 2004 a 734 en 2007.

En 1999 el gasto militar era de 957 millones de dólares, cifra que recién se retomó en 2010 cuando el gasto militar de Uruguay llegó a los 925 millones de dólares.

A partir de los datos de SIPRI, en 1988 el gasto militar en Uruguay significaba el 3,2% y durante los gobiernos colorados y blanco, se situaron por encima del tres por ciento. Esta cifra comienza a bajar a principios de los 2000, llegó a un 2% en 2005, bajó a 1,9% en 2010 y en el lustro siguiente llegó al 1,8%.

SIPRI

El Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz es un instituto de estudios estratégicos fundado en 1966 con motivo de los 150 años de paz ininterrumpida en Suecia. El Sipred realiza estudios científicos sobre la cooperación los conflictos con el fin de contribuir a la comprensión de las condiciones necesarias para la resolución pacífica de los mismos y mantenimiento de una paz duradera.

Estudia el desarrollo armamentístico, el gasto militar y la producción y comercio de armas, el desarme, los conflictos, su prevención y la seguridad internacional.

Gasto Militar en millones de dólares: Uruguay y Venezuela

Según los datos aportados por el instituto sueco, Uruguay siempre ha tenido un gasto militar porcentualmente más alto que Venezuela, incluso, en algún año, hasta 2004 y medido en dólares, nuestro país gastó más dinero que Venezuela en gasto militar.

Hasta 2004 Uruguay gastaba en términos constantes, más dinero que Venezuela en gasto militar.

A partir de allí gastó algo más, aunque porcentualmente en relación al PIB, el gasto era menor. A partir de 2014, el gasto militar de Venezuela en millones de dólares, volvió a ser menor que el que se gasta en Uruguay.

Año Uruguay (mill U$s) PIB (%) Venezuela (mill U$s) PIB(%)
1999 957 2,4 676 1,4
2000 944 2,4 829 1,5
2001 937 838 1,6
2002 867 2,5 616 1,2
2003 751 2,2 599 1,2
2004 726 2,0 850 1,3
2005 735 2,0 1489 1,8
2006 768 2,0 1839 2,0
2007 734 1,8 1852 1,9
2008 829 1,9 1848 1,8
2009 847 1,8 1042 1,2
2010 925 1,9 962 1,0
2011 899 1,7 1136 1,1
2012 980 1,8 1341 1,3
2013 1029 1,8 1592 1,3
2014 1062 1,8 954 1,2
2015 1077 1,8 725 0,9
2016 1104 1,9 389 0,5
2017 1166 2,0 465 0,5
2018 1168 2,0

Nota: Los datos de 2016 en adelante sobre Venezuela, son puestos en rojo por Sipri ya que se cuestiona su fidelidad.

El silencio de la ocupación, en el país del miedo.

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Militares volviendo a barracones en Carmelo

Gabriel Monteagudo.

Una tanqueta de guerra avanza por ruta 21. Arriba, asoma medio cuerpo de un soldado vestido para la guerra y una ametralladora en sus manos, lista para disparar.

La imagen no es de 1970 sino de esta semana, cuando una avanzada militar del Ejército, Zona II, se desplegó en esta parte del país para, en teoría, combatir principalmente a los ladrones de ganado, a los contrabandistas y, dicen, al gran narcotráfico.

En lo que va del año, en el departamento de Colonia se faenó clandestino una oveja y un ternero. Demasiado poco para tanto militar en la vuelta, por lo que lo del abigeato suena a excusa. Parece más una ocupación militar disimulada, con el guiño del gobierno y el aprovechamiento de que la opinión pública está pendiente  del coronavirus.

La ley aprobada por el parlamento con mayoría del Frente Amplio Ley 19.677 autoriza la vigilancia de la frontera en una faja de veinte kilómetros en todo el territorio nacional. Esto significa que tendrán el control absoluto sobre un quinto del territorio nacional.

Esta ley fue reglamentada el pasado 12 de marzo y por eso esta semana, los militares salieron a la calle. Armados hasta los dientes, se pueden ver destacamentos de militares en el puente El Pelado, en la intersección de Ruta 21 y Ruta 55, en el paraje Guillermo Rodríguez y también en el km 5 de acceso a Nueva palmira.

Un equipo de treinta y cinco militares aproximadamente, tomaron el control de rutas y caminos en los departamentos de Colonia y Soriano.

Desde EL ECO concurrimos a la conferencia de prensa que el lunes en la mañana dio el Tte. Cnel Hugo Rebollo, a cargo de la División Ejército II con base en San José. Rebollo nos dejó varias preguntas sin respuesta.

Rebollo dice que el operativo será de disuasión primero y luego se comenzará la acción más firme pero no aclara cuáles son las modalidades de actuación que siguen a la disuasión. El costo de esta movilización militar es monstruosa, quién paga este costo, no se sabe, quién coordina estas acciones, quién se hace cargo de las órdenes. Suponemos que, como corresponde será el Ministro de Defensa y el propio Presidente de la República.

No quedó claro tampoco en la conferencia de prensa cuántas denuncias de los delitos que se persiguen existen hoy en el territorio. Según los últimos datos, los publicamos ya en EL ECO, los delitos de abigeato fueron seis en este departamento de los cuales cuatro fueron aclarados. ¿Se justifica entonces el gasto y la movilización de tantos recursos militares?

¿Porque atraviesan ciudades si su operativa va a ser en la zona rural. Porqué no desvían por las zonas rurales, o acaso buscan que los vean para  generar un efecto en la población civil?. Miedo quizás?.

Parece que pasamos de vivir en un Estado de Derecho a un Estado Policíaco.

Entonces, la incursión en la zona urbana no es una equivocación sino que parece que es algo buscado. Y que si pueden ingresar a las plantas urbanas lo van a hacer todas las veces que puedan, porque su imagen y su presencia logra  desmovilizar políticamente a la gente en el interior.

Las Fuerzas armadas acaban de tomar bajo su control la quinta parte del territorio nacional, un territorio donde la inmensa mayoría de la población está asentada en zonas costeras. En Uruguay, toda la Costa del Litoral hasta Rocha tiene las grandes concentraciones urbanas en el rango de los veinte kilómetros.

En el contexto antes descrito, se vienen reformas económicas, jubilatorias  de la mano de la Ley de Urgente Consideración, y demás para jodernos, entretanto afirman los negocios de una élite de empresarios que viven en Carrasco, integrantes de las más selectas cámaras empresariales  y amigos del poder Los negocios ya están en marcha como lo dejó claro la fusión de los tres supermercados más grandes del país.

Parece que será inevitable que intenten desguazar las empresas públicas y consolidar su patrimonio aunque fuera liderando empresas extranjeras futuras propietarias de servicios públicos con mercado cautivo. Una vez más, los empresarios uruguayos, atípicos porque son empresarios que no corren riesgos, se quedarán con la torta, y la fiesta la pagamos todos nosotros, como siempre.

Un país armado

Además de la noticia de que saldrán a patrullar el país, el ejército anuncia en su sección de noticias de esta semana,q que a partir de 2020 el Servicio de Material y Armamento desplegará sus oficinas móviles en todo el país.

Así todo podremos tener un arma registrada más fácilmente.

En Uruguay hay 592.687 armas sin registrar, según un estudio realizado por Small Arms Survey, una organización con sede en Suiza que se encarga de relevar la violencia armada en el mundo.

El informe, que se basa en registros oficiales de los países y en estimaciones de expertos, señala que hay además 605.313 armas registradas en Uruguay. En total, estiman que existen 1.198.000 en manos de civiles.

Uruguay es el cuarto país del mundo con mayor cantidad de armas per cápita: 34,7 cada 100 habitantes, la misma tasa que Canadá.

Según el sitio Uypress, el año pasado se registraron 17.700 armas en Uruguay, lo que equivale a un promedio de 50 armas por día. Según datos del Servicio de Material y Armamento del Ejército, estas cifras son un récord histórico desde 1944.

El 43,27% de las armas registradas son revólveres, 23,06% rifles, 18,42% pistolas, 14,96% escopetas y 0,29% pistolones. El 8,34% está en poder de policías y militares y 3,09% son propiedad de 1.494 coleccionistas.