El capricho del aeropuerto y la seguridad del tero tero

Aeropuerto-Zagarzazu

Por Gabriel Monteagudo

Por su situación de precariedad absoluta, su falta de garantías para la vida humana, su inexistencia de infraestructura, y su situación de opacidad ante el mínimo contralor de los vuelos que allí llegan, el Aeropuerto de Zagarzazú no puede funcionar.

O se invierten los millones de dólares que requiere, o de lo contrario debe ser cerrado inmediatamente,  o solo permitirse en el mismo ejecutar una operativa de actividad mínima.

Su funcionamiento no solo representa una violación de las normas internacionales, sino que además puede ocurrir un accidente gravísimo en cualquier momento, y provocar un desastre de proporciones considerables en la zona.

No es necesario ser un experto para constatar, clara y meridianamente, que allí no puede aterrizar con seguridad ni un tero tero.

Esa es la realidad, aunque desde diversos sectores a los que les interesa quedar bien con quienes lo utilizan, se pidan reuniones ministeriales, supliquen por prórrogas ante la autoridad aeronáutica, hagan comunicados y declaraciones o digan, olímpicamente como escuchamos la semana pasada, que a Carmelo “le va la vida” con el cierre del aeropuerto.

Una pavada monumental sin dudas, pero coherente con lo que es hipócritamente correcto y aceptado en algunos círculos de la sociedad carmelitana, en donde queda bien manifestar públicamente su preocupación por el posible cese de la llegada directa de las avionetas que algunos pocos utilizan para viajar desde Buenos Aires.

Eso hace que algunos queden bien con otros algunos, que son un grupúsculo de beneficiados con una operativa, repetimos, que es poco transparente, carente de seguridad y peligrosa.

Llamémosle, para darle un nombre identitario al azar “los Canton y Cía” a ese grupúsculo de usufructuarios directos de la libre y poco controlada operativa de sus aeronaves en el Aeropuerto de Zagarzazú.

Los políticos cenan con Cantón y Cía, buscan dinero para las campañas electorales, y hasta le piden un salón del hotel para alguna fiesta particular o como escenario de las fotos del cumple de quince de la nena. Es obvio que harán declaraciones públicas reclamando que el aeropuerto no restrinja su operativa, porque favor con favor se paga.

Son los mismos que aplaudían cuando, con la complicidad del gobierno del ex presidente Jorge Batlle, decidieron llevarse nada menos que el casino completo, e instalarlo en medio del campo.

Con la irrresponsabilidad de quién cree que lo más importante es figurar ante ricos y famosos, afirman que como un vaso de agua, una declaracioncita no se le niega a nadie.

Mas allá de la ironía y de que, efectivamente, la realidad marca que cuantas más vías de llegada y conexión tenga Carmelo,  es mejor para desarrollar algunos intereses lícitos, como los que impulsa el sector inmobiliario, o el trabajo absolutamente defendible de algunos pilotos de la zona, el problema del aeropuerto no puede ser un capricho incondicional que se defiende al grito de “mantenerlo abierto sí o sí” porque, el conjunto de condiciones que significan el funcionamiento adecuado de un aeropuerto como el de Zagarzazú, requiere bastante más que buenas intenciones.

Desde 2001 hasta acá, en EL ECO contabilizamos al menos una decena de acciones para evitar el cierre de la operativa directa desde Argentina. Una decena de pedidos en el Parlamento y el Ministerio de Defensa, cientos de declaraciones a los medios locales por parte de los interesados, pero ninguna propuesta de inversión. Todos se quejan, pero nadie habla de lo que hay que hablar,  que es quién pone la moneda.

Aquellas vacaciones de invierno fui testigo presencial de como el funcionario de Aduanas dormía en la camioneta mientras una aeronave aterrizaba y su piloto cargaba varias cajas y bolsos en una camioneta que llegó mientras el funcionario aduanero continuaba durmiendo al solcito del mediodía de julio. Desde entonces hasta ahora todos saben que en ese lugar bajan aviones a cualquier hora, de día de noche con o sin personal del Estado controlando.

En Zagarzazú hay un Estado ausente, fundamentalmente en personal que aporte contralor y seguridad, y, también está ausente, el grupo de inversores que deben poner el dinero necesario para que allí no vaya a ocurrir un desastre. El ex Ministro de Defensa, Eleuterio Fernández Huidobro, hoy fallecido, habló en su momento de unos cinco millones de dólares que son necesarios para adecuar el Zagarzazú a la operativa internacional.

Los mismos que no toleran que falte una gasa o ponen el grito en el cielo cuando se detecta un medicamento vencido en el hospital, no tienen ningún problema en que bajen aviones en Zagarzazú, sin ninguna garantía para pasajeros, pilotos y población cercana “no importa, que bajen” te dicen.

Parece que nadie ya recuerda que el 27 de mayo de 2014 un piloto  intoxicado por cocaína y con visibilidad de navegación cero, pudo haber caído en medio de la población del balneario. Quiso la casualidad que fuera a un costado del islote El Matón, en el medio del Río de la Plata.

Aquella aeronave era del dueño de la empresa textil Kosiuko, Federico Bonomi.

En aquel accidente murieron el piloto Leandro Larriera, Gustavo Fosco, de 53 años, director de comunicaciones de la firma Renault; Fernando Sánchez, de 45 y jefe de prensa de esa compañía; Facundo Alecha, de 41 años y director de la firma Royal Canin, y Fernando Lonigro, de 44 años, gerente de TTS viajes.

Probablemente aquí a nadie les importe, porque no eran vecinos, y los “Cantón y Cía” sí.

Personalmente quiero un buen aeropuerto porque a Carmelo lo beneficia, como también quiero buenos servicios de lanchas con Tigre,  o buenas carreteras que conecten a Carmelo con la región.

Pero no a cualquier costo. No sólo con declaraciones para quedar bien.

Necesitamos sincerarnos, dejar de lado los intereses personales y sentarnos a hablar de una política aeroportuaria seria, en el marco del desarrollo integral de la conectividad para el turismo de Carmelo y su zona.

Con un aeropuerto que sea seguro para los pilotos y para la tripulación, que esté efectivamente asegurado y controlado para que no corran peligro los propios habitantes del balneario, que tenga la infraestructura necesaria para que sea un aeropuerto en serio, del que no solo se beneficien los Cantón y Cía, sino todos los habitantes de la región.

 

 

Márgenes

A propósito del llamado a Sala al intendente.

ruta5-13

Se trata de márgenes. Allí, en esa línea de frontera que delimita la acción política cotidiana de la intendencia, se dirime la lucha que se dará el próximo martes en el seno de la Junta Departamental.

El motivo es una excusa para ver si en esa lucha agonal por el poder, la oposición puede llevar al gobierno departamental del Partido Nacional, a los márgenes de la agonía política, agonía que buscará capitalizar en votos la oposición en su lucha para desgastar al intendente y obtener el poder en la próxima elección.

No será tarea fácil, porque a diferencia de su antecesor, que construyó la gestión municipal como un camino de montaña donde, por su angostura, era difícil no pisar un ripio con peligro de desbarrancar, Moreira construyó a partir del 10 de julio de 2015 cuando asumió como intendente,  una amplia carretera política, que le permite desplazarse con comodidad en la gestión.

¿Es Moreira distinto del innombrable antecesor, cuasi desterrado de la memoria colectiva de los blancos del departamento?. No, para nada.

Moreira acomoda su gente como lo hizo Zimmer. Es más, es vox populi que por cuestiones de decoro y evitar los golpes políticos que le podrían dar esa noche, dejó postergadas varias incorporaciones oficiales de gente de su sector -incluso en Carmelo- para después del llamado a Sala.

Moreira no se rebajó su sueldo -gana más que el Presidente de la República- ni sacó de la plantilla los funcionarios que le dejó Zimmer. Varios toman mate en la rambla coloniense en horario de trabajo y cobran el sueldo municipal a fin de mes.

Moreira no quiere alcaldes, ni descentralización ni municipios. L’État, c’est mo (El Estado soy yo) dijo Luis XIV y “no quiero nueve intendentes” dijo Moreira antes de asumir.

Por eso les retacea posibilidades de acción autónoma, y para manejar sin compromisos el dinero que envía el gobierno nacional, evitó plasmar cualquier acción descentralizadora en su Presupuesto Quinquenal.

Moreira no va a poder cumplir su promesa de bajar el déficit que le dejó la gestión anterior porque es matemáticamente imposible ahorrar más de cien millones de pesos por año.

Moreira no puede explicar que responsabilidad tienen sus jerarcas, los que debían controlar a los funcionarios que se robaban el combustible ordeñando máquinas y camiones en Nueva Helvecia y Carmelo. Porque si no hay responsabilidades más arriba, la “investigación por combustible” termina siendo tan funcional al esquema de corrupción, como lo es el perejil al tuco.

¿Y porque entonces Moreira parece mucho mejor intendente que el anterior?. Porque Moreira aplicó una estrategia de “calle ancha” que lo posiciona muchísimo mejor ante la opinión pública, le da una capacidad de maniobra que lo mantiene circulando cómodamente por el centro de la carretera, y eso le dificulta las cosas a la oposición.

Moreira atiende a la prensa, responde preguntas y jamás tiene una palabra de descortesía. Moreira se junta con la gente y charla con la oposición. Moreira habla bien del gobierno nacional y de la cantidad de dinero que este envía a Colonia,  porque puede compararlo con aquel nada que le enviaba el gobierno colorado cuando fue intendente por primera vez.

Tal es su experticia política, que del primer ministro que habló bien a poco de ganar la elección, fue del Ministro de Transporte y Obras Públicas Víctor Rossi, contra quién Moreira embistió iracundamente desde el senado en el caso Pluna. Y hoy tiene con el ministro un diálogo fluido y directo.

Sus directores tampoco tienen problemas de relacionamiento, y siempre están dispuestos a atender el teléfono para responder la consulta periodística. Y tiene un fiel escudero que juega en toda la cancha, y que ya tiene experiencia de diálogo y conocimiento del manejo municipal, como lo es Guillermo Rodríguez.

Comparativamente, la estrategia de gobierno del actual intendente es mucho más eficaz y probablemente, si logra articular el equilibrio de la aquilosada estructura clientelística que tiene el Partido Nacional en Colonia, que pese a lo viejo, resulta efectiva a la hora de juntar votos, Moreira terminará haciendo una mejor intendencia que la anterior.

Para eso cuenta con una imagen positiva entre el electorado blanco coloniense, una firme lealtad de su grupo duro de dirigentes, y un crédito en varios millones de pesos que se hizo votar en su primer año de gestión, y  que seguramente va a utilizar para darle lustre al último tramo de su mandato.

Y por eso, porque construyó una carretera de gestión política mucho más amplia que el anterior, Moreira hoy circula más cómodamente por la administración municipal.

Por ello, será una tarea difícil la de la oposición, que este martes, deberá intentar arrimarlo a los márgenes del camino. Allí, en los márgenes es donde su gestión agoniza, porque en los bordes,  a la carretera le empiezan a aparecer los pozos, esos que muestran claramente, que es demasiado parecida a la anterior.

FIN.

 

 

En Carmelo serán pocos los que podrán ver a Tabaré

Tabare_en_television

Gabriel Monteagudo

En este rincón del país, solo los que tengan la posibilidad de pagar alguno de los sistemas de cable, o que el lunes vayan hasta el hotel Casino podrán ver las imágenes de lo que ocurra en el Consejo de Ministros que se realizará entre mañana y el lunes en Carmelo.

Esta jornada histórica, que desde EL ECO calificamos desde el punto de vista institucional como el acto de gobierno más importante después de la firma del Jefe de los Orientales en 1816, solo podrá ser vista por los carmelitanos y habitantes de la zona que tengan alguno de los sistemas de cable que dan servicio, como el monopólico de Radio Carmelo, o el satelital de Directv.

Los carmelitanos de bajos recursos, que no acceden a pagar una cuota de estos sistemas, se quedarán sin ver en directo, lo que diga el Sr. Presidente de la República en nuestra ciudad.

Esto pasa porque el Estado mantiene en una jerarquía institucional diferente a los ciudadanos de Montevideo con los del interior, especialmente con los que vivimos en este “cono de sombras” -desde el punto de vista de la comunicación abierta uruguaya, en este rincón del oeste del departamento.

Para hacerlo claro: aquí no llegan por aire las señales de televisión de nuestro país, esto es ni el canal del Estado TNU, ni el canal municipal TV Ciudad, ni siquiera los canales privados, Canal 4, 10 y 12.

Hay sí, una repetidora de Canal 4, (Canal 3 de Colonia), en Colonia del Sacramento, pero no llega al oeste del departamento.

Desde que en 1956 Saeta TV comenzó con sus primeras emisiones al aire, una profunda grieta se abrió entre los montevideanos y el interior, en materia de comunicación audiovisual.

Mientras que en Montevideo y la zona metropolitana, bastaba sacar unos “cuernitos” de alambre por la ventana para recibir gratuitamente los canales de la TV uruguaya, en el interior, no había altura de antena o “booster”, que alcanzara para captar las señales de la televisión de nuestro país.

Un claro privilegio para Montevideo y sus alrededores.

Sesenta años después, ocurre lo mismo: los uruguayos del interior, no podemos ver la televisión nacional.

En Colonia funcionó el Canal 6 que retransmitía al 5, pero hace años que no funciona. El Estado no llega con sus señales a esta parte del país y los privados no tienen retrasmisoras que permitan a los uruguayos del oeste de Colonia, recibir nuestra televisión.

Hoy, con la digitalización y pese a los avances tecnológicos, estamos como cuando vinimos de España: si tenés una antena de TV en el techo de tu casa, podes recibir 32 señales de televisión argentina en alta definición, y ninguna, cero señal de nuestro país.

Por eso, aquellos carmelitanos que no pueden destinar mil o mil y pico de pesos cada mes a pagar un servicio de cable, no pueden acceder a ninguna señal de televisión uruguaya.

Y en consecuencia, muchos carmelitanos se perderán este domingo y lunes, la posibilidad de ver a su Presidente, por primera vez en la historia, con todo su equipo de gobierno en Carmelo.

La sartén por el mango

Presidencia_y_secretaria
Secretaria y Presidente de la Junta Departamental de Colonia. Foto gentileza Periódico Centenario.

Gabriel Monteagudo.

La Secretaria de la Junta Departamental, Claudia Maciel, trabaja exclusivamente para el Partido Nacional en lugar de trabajar para todos los ediles, y además, no hay apoyo para una reelección del Presidente de la Junta Departamental Dr. Mario Colman por considerarlo muy parcial a la hora de ejercer la Presidencia del Cuerpo.

Así se lo hicieron saber los ediles de la Bancada del Frente Amplio, al coordinador de la Bancada del Partido Nacional Dr. Alejandro Fioroni, en una reunión realizada la semana pasada en la bancada frentista.

Junto con la carta del llamado a Sala al intendente Carlos Moreira, el Frente Amplio terminó oficialmente el período de espera, tras los anuncios oficiales de transparentar la gestión -arrancando del período anterior- que fuera caballito de batalla de la campaña que llevó a Moreira al sillón municipal y que el intendente no ha concretado aún.

Para analizar el primer punto, hay que recordar que el Frente Amplio no apoyó durante la última parte de la gestión Zimmer, el reemplazo de un Secretario administrativo por un Secretario Político, tal cual lo impulsó en ese momento el Partido Nacional. Primero porque le cortaba el escalafón administrativo a los funcionarios del Cuerpo en el escalón anterior, y además porque se temía que un designado político en ese cargo -obviamente perteneciente a la mayoría gobernante- terminaría funcionando en los hechos como un coordinador del Ejecutivo, y se convertiría en una cuña en el sistema de contralor que debe ejercer la Junta Departamental.

Para el Frente Amplio de Colonia, aquellas presunciones finalmente se confirmaron, y si bien con el Dr. Gastón Chagas, el funcionamiento administrativo continuó con normalidad, ahora critican la gestión de Claudia Maciel porque es “extremadamente funcional al Ejecutivo y no a la Junta”, y señalan que utiliza el cargo para operar políticamente para Moreira, y no para llevar a adelante con ecuanimidad, los temas que pertenecen a la agenda de la Junta Departamental.

Por otra parte, la semana pasada se conoció que los integrantes de la Lista 19 que encabeza la alcaldesa María De Lima -sector al que le toca la próxima presidencia a partir de julio- le habría pedido al Dr. Mario Colman que continuara como Presidente el próximo período, en lugar de una persona de la Lista 19. Colman habría trasladado este ofrecimiento a la bancada de la 904 -sector al que pertenece- y habría obtenido el visto bueno para continuar por un nuevo período. La propuesta deja también en evidencia la incapacidad de articulación que hoy tienen los sectores zimmeristas, y demuestra que del zimmerismo, solo quedan fragmentos en dispersión política, dentro del universo del Partido Nacional coloniense.

En cuanto al Presidente Mario Colman, el Frente Amplio le reconoce su capacidad de diálogo, pero señala que a la hora de ejercer la presidencia del Cuerpo “no es ecuánime y siempre inclina la balanza para el lado de la 904”.

Este estado de situación, fue expuesto por la banca del Frente Amplio en forma clara al Dr. Alejandro Fioroni, en la reunión que el edil y abogado, mantuvo en la bancada de la izquierda coloniense.

A esta situación, se suma el llamado a Sala que realizó el Frente Amplio la semana pasada, al que se adhirió el edil colorado, y que señala claramente que al Frente Amplio se le agotó el tiempo de luna de miel, o de paciencia política, en espera de acciones concretas por parte del Ejecutivo.

Para la bancada de ediles de la izquierda coloniense, llama la atención que después de un año de auditoría de la empresa Price Waterhouse & Cooper, “no surge responsabilidad de los cargos de jerarquía que permitan determinar grados de autoridad – responsabilidad sobre las tareas afectadas, que siempre en el caso de investigaciones administrativas, suelen involucrar al último de la cadena de mando, y nada a quienes tienen responsabilidad sobre dichos controles”.

En una Junta Departamental que fue devaluada hasta el ultraje en la anterior administración, el Frente Amplio reclama ahora una acción más efectiva. Con los ediles suficientes para hacer presión en los dos tercios que se necesitan para votar muchas decisiones importantes, la bancada de izquierdas reclama mayores exigencias de transparencia al Ejecutivo, más asiduidad en las reuniones del Cuerpo para discutir en profundidad, la cada vez mas extensa agenda de temas que preocupa a la ciudadanía departamental.

Con estos argumentos, comienza a hacer presión en una estrategia para demostrar que detrás de estas acciones del Partido Nacional, se encuentra una decisión concreta de los blancos, de barrer bajo la alfombra las grandes barrabasadas que el propio Partido Nacional hizo en el período anterior.

El Frente Amplio, parece, se decidió finalmente a tomar la sartén por el mango, y asumir el rol que le asignó la ciudadanía en el legislativo departamental.

FIN.

Cuando la ayuda oficial es más importante

3d human with a red question mark

Por estas horas, hay una dualidad de criterios que evidencia la falta de una línea definida en la toma de decisiones ante la adversidad ocurrida en la ciudad de Carmelo.

Al menos se vislumbra un sector “oficial” y otro que vendría a ser entonces “informal” en donde lo que hacen unos ayuda, y lo que hacen los otros, parece, ayuda menos porque es, eso, “informal”.

Lo que ocurre por estas horas en Carmelo parece una discusión sobre la comodidad de los voluntarios y los ayudadores “oficiales”, a los que, parece, les queda más cómodo ser solidario a dos cuadras de su casa, y eso debe prevalecer sobre la comodidad de los desplazados por las inundaciones.

Sino veamos como ocurrieron los hechos.

En la mañana de hoy, el Secretario Privado de la Intendencia de Colonia dijo a EL ECO que desde el sábado a la mañana la intendencia había habilitado los barracones de Montes del Plata para dar alojamiento a los inundados. Sin embargo, en los hechos, la gente era derivada a Artigas y Wanderers, en una especie de tironeo para ver quién se quedaba con más personas afectadas.

La diferencia entre estar en un galpón que se llueve y tiene los vidrios rotos por donde se filtra el agua y la lluvia, y una habitación confortable con cama y colchón en un barracón de Montes del Plata es evidente. No tiene discusión.

El primer ingreso que se hizo a los barracones fue sobre la noche del sábado, de un par de familias que estaban allí nomás, en el Barrio Centenario y que corrían peligro de inundarse.

Sin embargo, durante la tarde se comunicaron con este periodista para avisarnos que la alcadesa y el comisario habían ido a los barracones a avisarle a la gente que tenían que irse para Artigas o Wanderers porque ahí no estaba habilitado y que la sudestada anunciada «podía provocar una turbonada y que allí corrían peligro».

Como si alguien supiera por donde puede venir un fenómeno de la naturaleza como ese ¿acaso ante una turbonada las posibilidades de que caiga en Artigas o Wanderers son menores a que caiga, por ejemplo en los barracones de Montes del Plata?

El argumento se cae solo por el absurdo.

Siempre pensé que un refugio debía ser cómodo para las víctimas o para los afectados como en este caso, por un fenómeno climático. Y todos los sinónimos imaginables: confortable, acogedor, contenedor, etc, etc.

Jamás se me ocurrió que un refugio debía ser oficial. Pero parece que en escenario de algunas de las vanidades que se esconden detrás de la ayuda solidaria, ser oficial es una cosa importante.

Al final parece que en realidad, es una cuestión de comodidad: ya sea de los organizadores, ya sea de los voluntarios. Una cosa es ir hasta Artigas o Wanderers que tener que conducir hasta Lomas.

Para el que ve este entuerto desde afuera,  esto parece una razón más importante a la hora de ayudar, que la confortabilidad de las víctimas del desarraigo.

Sino no se explica el comunicado en un muro que dice, textualmente:

Quedan como lugares oficiales para evacuados club Wanderers y Artigas. NO es oficial por determinación de alcaldía y bomberos, las barracas de Montes del Plata ya que es zona INSEGURA para albergar gente, ya que es zona INUNDABLE, con peligro de fuertes vientos e imposibilita la llegada de atención médica durante la noche. Se recomienda a las personas con peligro de inundación auto evacuarse hacia club Artigas y Wanderers, no esperar hasta último momento.
EL ECO pudo saber que al menos dos concejales del Frente Amplio no estuvieron en esa decisión.

Es más, hablamos en la tarde con la alcaldesa, que nos dijo que estaba en viaje hacia los barracones «para ver si precisan algo». Y parece razonable porque para quien se tiene que ir del barrio Centenario porque tiene el agua al cuello, le es más fácil ir a los barracones de Montes del Plata que atravesar el puente. Y al de San José le quedará más cómodo Artigas y al del Mihanovich Wanderers.

Y si el puente se corta y no se admite gente en los barracones, quedaría tan aislado como el médico, el bombero o el voluntario que no podría ayudarlo.

Este comunicado, no apoyado por todos los concejales que tomaron la determinación que dice que fue votado por “la alcaldía” que en realidad es el municipio, es de principio a fin un palo más en la rueda para los que de verdad, quieren dar una mano a los vecinos afectados.

Y muestra que nos perdimos la oportunidad de utilizar este bien que le fue dejado a Carmelo por Montes del Plata, como un centro de utilidad para la sociedad. Y para los que menos tienen y sufren en los momentos difíciles. Que de ellos se trata.

FIN.

Crónica de una movilización político-partidaria

Por Gabriel Monteagudo
Movilizacion-campo2
Al mediodía del pasado miércoles 24 de febrero y con más de treinta y cinco grados sobre la ruta, unos cuarenta de productores lácteos y agropecuarios de la zona se movilizaron en la radial de Ombúes de Lavalle en reclamo de mejoras para el sector productivo e informar sobre la situación del sector.
Como único periodista de la zona estuve allí al pie del puente sobre ruta 55 y puedo decir que fue una manifestación muy tranquila y que en ningún momento se dijo algo fuera de lugar o de mala manera.
Destacado ésto, en esta movilización hubo dos hechos reales y constatables: uno es la crisis que vive el sector agropecuario en general y el lechero en particular, como consecuencia del desplome de los precios internacionales. Doris Gay que es pequeña productora desde hace treinta años nos decía que ya ha vivido este tipo de crisis varias veces pero que esta vez están agobiados por la carga tributaria que les encarece el producto.
En este punto, está claro que si el sector es importante como un sector estratégico del país, el Estado deberá buscar los mecanismos para ayudar a estos pequeños productores, con herramientas mejores a las que hoy aplica. Si bien actualmente el Estado ha generado una política de descuentos y beneficios para el pequeño productor agropecuario, ellos aseguran que estas medidas son insuficientes. Y no hay porque no creerle.
Por otra parte, si el sector lácteo no es un sector estratégico, deberá sujetarse a las reglas de juego de un país inmerso en un mundo capitalista, reglas básicas de oferta y demanda, donde el que es más eficiente sobrevive, y el que no, perece como productor o cambia de rubro.
Eso en referencia a las dificultades que atraviesan, quizás no mayores que las que atraviesa el sector apícola, o el sector vitícola, o los almaceneros de todo el país, pero con mayor capacidad para lograr atención en la opinión pública, a la hora de manifestarse.

La proclama
Lo otro, lo de la proclama, cuando uno la escucha, se percibe que es una clara proclama política de carácter partidario. Es la oposición al gobierno, manifestándose en contra del mismo. Así de claro. Y en la proclama, echan por tierra cualquier reclamo que en el mano a mano, un ciudadano común hubiera catalogado como sensato.
No hay más que escuchar las dos proclamas, la nacional y la departamental, que colgamos en la página web de EL ECO para darse cuenta del carácter partidario de la movilización.
Allí desconocen las políticas de ayuda al sector agropecuario, desconocen la situación internacional y culpan de sus males al gobierno: “el agro se cae a pedazos teniendo casi todos los rubros nula competitividad”, aseguran. “No estamos acá por el costo internacional sino por el costo país que hace que frente a ese mercado, todos los rubros del mercado hayan disminuido sus márgenes hasta hacerse insostenibles y en ese camino vamos”.
Después agregan que “tenemos el combustible más caro de la región” pero no dicen que hoy el combustible está un peso más caro en Argentina ($31 contra $30 el gasoil de acuerdo a las exoneraciones que tiene el sector) y que además no nos podemos comparar con países productores de petróleo.
Según la propia Ancap, producir un litro de nafta cuesta $ 16, y el resto son impuestos. Los ciudadanos ya decidieron en plebiscito mantener las empresas públicas,  y sostenerlas hace que la carga impositiva sea mayor que en otros países. “Es inexplicable que habiendo bajado un 60 por ciento el petróleo no haya margen para bajar los combustibles. No será hora que comencemos a importar combustibles baratos para el Uruguay” se preguntan, pero no explican que se hace con el dinero que no va a recaudar Ancap para hacer obras, o los mil y pico de empleados que quedarían en la calle si Ancap cierra, entre otra decena de puntos que parecen no cuestionarse.
Más adelante agregan que “el costo del Estado aumentó 47% de 2010 a 2015, las exportaciones solo un 10%”, dicen. “Pero el Estado siguió de largo engordando y creciendo. Las tarifas suben un 10 por ciento, la contribución rural un 30 por ciento y tenemos una carga fiscal altísimo”.
“Durante estos diez años de bonanza a los que al gobierno le gusta alardear nosotros nos preparamos, invertimos, aumentamos nuestra productividad en todos los rubros, apostamos al país. El gobierno no aprovechó esa bonanza, no se preparó para las malas, no invirtió en infraestructura, no generó un fondo anti cíclico y no tantas cosas mas. Y donde están las carreteras prometidas, las rutas nacionales están en pésimo estado”, se preguntan, eludiendo mencionar en forma clara cualquier referencia a las rutas departamentales y  caminos rurales desastrosos por donde tienen que salir los camiones cargados de granos.
También hacen mención a Venezuela y su incumplimiento de pago en el cual el gobierno uruguayo no tiene nada que ver,  y enuncian lo que es un verdadero disparate conceptual: “el atraso de ese pago sigue presionando a la baja el precio de la leche” como si en el mundo se fijara el precio de los lácteos por el negocio de cuatro cooperativas con Venezuela.
Ni los beneficios anunciados por el gobierno, ni el préstamo sin interés para quienes en su momento se picaron los dientes con los buenos precios de Venezuela, ni los avances anunciados esta semana por el Ministro de Economía y el propio Presidente de la República. La consigna no tenía nada de eso, evidenciando una clara postura partidaria. El Estado tenía que guardar, pero ellos estaban excentos de esa premisa en momentos de bonanza.
La proclama departamental también sigue esa línea “Rumbo a un país-agro fundido” dice la proclama elaborada en Colonia, “la estructura del Estado sigue siendo ineficiente, cara y oscura a los intereses nacionales” dicen y apunta contra las empresas pùblicas “arrancaron en la etapa del servicio, pasaron a la del privilegio y ahora están en la última que es la etapa del abuso. Y se preguntan como es que el valor de las tarifas públicas se convierten en un peso decisivo para la producción nacional”, y repiten: “tenemos la energía y los combustibles mas caros de América Latina y eso hace que comer en Uruguay sea más caro que comer en España o Alemania”.
“Y  como si esto fuera poco, salimos corriendo con camiones para salvar una empresa monopólica. Nos toman el pelo”, señala la consigna.
En resumen, un reclamo con una base justa, que se convierte en una plataforma político-partidaria para manifestarse en contra del gobierno “ahh sos argentino, entonces sabes de que te hablo. Ahora ustedes están mejor con el cambio de gobierno que tuvieron”, le dijo uno de los manifestantes a un turista argentino que paró en su vehículo.
Más claro que la leche.

Carmelo es su puente

Por Gabriel Monteagudo*

Crónica de 200 años

puente-Carmelo

La mejor imagen de Carmelo es su puente giratorio.

Quizás porque él nos define como un pueblo en constante movimiento, que se va pero que siempre vuelve, que constantemente atraviesa desafíos, y quizás por eso somos un pueblo de ida y vuelta, en transformación. Doscientos años después, Carmelo continúa teniendo más futuro que pasado y por eso mismo, el puente nos define como un lugar de tránsito, una vía de salida por la que siempre vamos a retornar.

Pero a la vez el puente es un lugar tranquilo, un lugar donde los carmelitanos nos podemos parar a contemplar la vida como la corriente que cruza, a veces caudalosa y mansa, muchas veces enloquecida, de un arroyo que aún no terminamos de descubrir. Esa estructura no son unos hierros muertos, sino que forman parte de nosotros como los huesos forman parte de nuestro cuerpo. Son los únicos hierros de un puente que se mueve por tracción a sangre y por eso también es un ser vivo que forma parte de nosotros.

Ese arriba de engranajes que cruzamos diariamente, pero también el lugar en el que nos podemos parar a contemplar el mundo-correntada; ese arriba no solo es un puente, sino que un puente -ciudad, una metáfora de lo que somos: una cuidad tranquila donde podemos encontrar refugio para aquietar el alma, y descansar de la locura de afuera, detener el tiempo para contemplar esa correntada que pasa caudalosa, tan parecida al tumultuoso mundo cotidiano.

De las cuatro manzanas en las que vivían los pobladores de Las víboras desde 1758, al amanzanado actual que sigue en expansión, Carmelo es una ciudad en permanente movimiento, con miles de facetas que no terminan de definirla porque siempre está experimentando cosas diferentes, desde su costado obrero más duro en la extracción de piedra, pasando por su destino naval forjado a mediados del siglo XX o su incipiente orientación hacia un Turismo que no termina de ser suficientemente bien explotado, y un patrimonio rico en arquitectura que podemos encontrar caminando por sus calles en cualquier tardecita de primavera.

Hemos crecido poco, porque tal vez a los carmelitanos nos importa como disfrutamos el tiempo que vivimos, más la calidad que la cantidad de los que somos. Es curioso pero en el censo de 1908 Carmelo tenía 9364 habitantes. Ciento tres años después, cuando se hizo el último censo, nos contaron por última vez y eramos 18.041, apenas el doble de habitantes en ciento tres años. En Carmelo, el tiempo no es una variable que nos merezca demasiada importancia.

A lo mejor, eso ocurre porque el verdadero ritmo de la ciudad lo ponen ellas. Siempre más racionales por naturaleza, en Carmelo hay cien mujeres más que hombres, 9402 mujeres y 8469 hombres que viven en 6250 casas. En esta ciudad, creció más la cantidad de ladrillos amontonados en forma de vivienda, que de personas, y tanto es así, que aún quedan poco más de mil viviendas desocupadas.

En esta ciudad no sólo hay más mujeres sino que los hombres sabemos que ellas al nacer van a vivir hasta los 80 años y nosotros apenas hasta los 74, casi 75, según la expectativa de vida determinada por el último censo. Tal vez nos sirva a los hombres saber que por estos parajes, las mujeres comienzan a tener hijos a los 27 años, tirando a los 28 años años.

Carmelo es su paisaje y no es necesario salir de sus casco urbano para tener una rica historia que contar. Es su puente y su grúa, su edificio de aduanas y su puerto, la casa de Nicolás Mihanovich y el Museo Naval, el Hotel Casino y la Reserva de Fauna, su Playa Seré y El Refugio, la vieja historia del puerto arenero sobre Punta Piedras. Carmelo es el Complejo Turístico esperando nuevos vientos, es el Lamas Garrone, La Gloria y El Vesubio, el Teatro Uamá y el ex Cine Patria, el molino harinero, el Parque Artigas, la arquitectura antigua de su calle principal, la Plaza del prócer y la araucaria de la Plaza Independencia, la vieja Junta Local, la iglesia histórico y el Archivo y Museo del Carmen con todos sus tesoros y por extensión, la Calera de las Huérfanas.

A diferencia de otras ciudades, limitadas por su geografía, Carmelo puede aún expandirse infinitamente hacia varios de sus puntos cardinales. Allí dónde la imaginación no tiene límites, la ciudad cuenta con amplios espacios verdes aún por conquistar.

Pero además, Carmelo es su gente que lo hizo grande y mucha que aún lo engrandece cada día. Es Roberto Bertolino, Román Iturburúa, Silvio Giribone, Eduardo Arbeleche, el Mtro. Hugo Dupré, el Prof. Miguel Banchero y Atilio Francois, Braulio Massé, Raúl Barizoni, Dante Irurtia, Mariucha Piceda, Antonio Sarachu, Alfredo Sarachu y Marujita, Bachicha Rodríguez y Maximiliano García. Es el Pardo Herrera y Obdulo López, Tito y Juan Parodi, los Ferrari panaderos y los Parodi murguistas, el indio Candioti, Miguel Pichín Mortalena y Jorge Fontana, Juan José González y Fernando Pozzo, Ovidio “Titico” Díaz, Saén Martínez, el Dr. Luis García Díaz y Orlando Gil, Sergio Casanova, Julio Tagliafico, Emiliano Dumestre, Pablo Anchieri y Nahuel Mendoza, Leandro Salvagno, los remeros Gustavo Pérez, Luis Mariano Aguiar y Raúl Torrieri, Mario Mazzeo, Alberto Dupré, Aledio Pegazzano y su Pablo Siglo, Pastor Aulet y Siles Ferrari de Busco, Rodolfo Jorajuría, Walter Hugo “Pechuga” Giribone, Alfredo Keuylian, Ismael Abad y Alecio Monteagudo. Y tantos más.

Pero más allá de pasado y presente, Carmelo es futuro. Los dueños del futuro son menos famosos, pero apostamos a que darán que hablar en los próximos años: Manuela Aznárez, Romina Membredes, Mauricio Petit, José Montero, Lucía Cerruti, Melania Orgoroso, Santiago Cerruti, Gonzalo Dorrego, Juan Luis Udaquiola, Joaquín González, Maximiliano Muñoz, Angel López, Ariana Funes, Elias Haboush, Gillermina Espíndola, Gimena González, Silvana Rojas y Belén Montero.

Apenas algunos de los jóvenes carmelitanos que se destacaron en los últimos años en áreas como las ciencias y las matemáticas, y que fueron noticia en nuestras páginas.

La lista es arbitraria, desordenada e injustamente elaborada, pero no es más una excusa para decir que, como el arroyo que nos atraviesa, Carmelo es una correntada en pleno desarrollo, una ciudad aún en carne viva y en continua transformación.

Doscientos años es un acontecimiento importante, pero es sólo un momento más, de los tantos que tenemos para disfrutar como mojones en una ciudad que por suerte, todavía no es todo lo que puede ser.

*Periodista y redactor responsable de El Eco de Carmelo

Mieres y la venezonalización de la política

venezuela

Si el Poder Legislativo, que es uno de los tres poderes del Estado, debe recurrir a otro poder del Estado, el judicial, para dirimir sus diferencias, es porque el propio Poder Legislativo no es capaz de resolver sus problemas. Entregarle sus diferencias a un poder desprestigiado y oscuro, de nula representatividad popular como el Poder Judicial es, ni mas ni menos, que rifar la institucionalidad republicana y debilitar las instituciones electas por la gente.

La denuncia, que presentará el senador Pablo Mieres a la justicia por las presuntas irregularidades en Ancap, no es la única pero es un claro ejemplo de ello.

Según él mismo senador señaló a la prensa nacional, llevará a la justicia tres planteos “el proceso licitatorio, otorgamiento de publicidad a una radio que no estaba funcionando, el monto de la factura de la fiesta de inauguración de la desulfurizadora, la existencia de comisiones cobradas por la agencia para buena parte de los proveedores, la ausencia de exigencia de Ancap a la agencia publicitaria para la presentación de tres presupuestos, para chequear que no se cobre más caro de lo que debería».

Todos son temas que una purga gerencial en Ancap y una remoción de directores a través de decisiones políticas podrían solucionar rápidamente. Ergo, la oposición es incapaz de lograr este efecto en el gobierno.

El problema de Mieres.

Pero primero pongamos las cosas en contexto para saber porqué el senador Pablo Mieres, único senador del Partido Independiente, llega a esta instancia y porqué aseguramos que dicha decisión socava la institucionalidad del propio poder del Estado para el que fue electo como representante, y que en buen romance no es otra cosa que darse la piedra contra los dientes. Crisis de representatividad que le dicen.

Los gobiernos son electos para que gobiernen, eso está claro. La ciudadanía uruguaya entendió claramente que los contubernios parlamentarios que hacían blancos y colorados en la cámaras, terminaban perjudicando su vida y  la vida del país, y por lo tanto, utilizó la herramientas de mayorías parlamentarias, para darle el poder suficiente que necesita el gobierno para llevar su programa adelante.

Es lo que pasa en las intendencias del interior, donde el intendente que gana, tiene por ley las mayorías necesarias de ediles para gobernar, como es el caso de Colonia con Carlos Moreira. Y con su mayoría de ediles, gobierna durante cinco años, en los cuales la gente confirma su  apoyo, o los saca con el voto en la elección siguiente.

Mieres, al igual que el diario El País y subido al carro de la feroz campaña de la oposición para romper las mayorías parlamentarias -que ellos mismos habían inventado en su momento para que no ganara el Frente Amplio-, apostó a que esta fuerza política no tendría mayorías parlamentarias, y entonces él sería el “senador bisagra” del sistema político.

¿Como es esto?, bien fácil. Calculaba que el Frente Amplio sacaría 15 senadores, otros 15 blancos y colorados y que él quedaría como el senador 16 y por lo tanto, con escaso ochenta mil votos, sería quien decidía que cosas se aprobaban, y que cosas no se aprobaban en el senado. Según él mismo explicaba entonces, unas veces decidiría darle mayorías al gobierno y otras votaría con la oposición. El planteo resultaba brillante para Mieres: con pocos votos,  era el dueño de las decisiones del gobierno y quién le daba o le quitaba la mayoría en cada tema que se planteaba en el senado.

La estrategia tenía una falla enorme, que fue detectada inmediatamente por el pueblo en el pasado octubre ¿quien le aseguraba al pueblo uruguayo que Mieres, un solo senador con escaso respaldo electoral, sería el iluminado, el hombre sabio que decidiría ecuánimemente por el pueblo, si el apoyo que daba al gobierno o a la oposición,  iba a ser el correcto, el que el pueblo quería, o si en realidad sería el capricho o la conveniencia de Mieres, lo que le haría levantar la mano a favor o en contra?

Como el pueblo no es bobo, la gente se dio cuenta rápidamente de esta jugada electoral y, correctamente, decidió una vez más darle la mayoría al gobierno para que pueda aplicar el programa que propuso, y llevar adelante las promesas de campaña.

Sin poder en el Senado, Mieres es hoy un fantasma político, cuya presencia no significa ni chicha ni limonada a nivel parlamentario. Que el Soc. Pablo Mieres esté  o no como senador, para la gente común, es totalmente indiferente.

Mieres, el hombre solo.

Mieres no es más que el reflejo de una oposición que resulta incapaz de unirse en un informe común sobre el resultado de la comisión investigadora que formaron para Ancap y que, también es incapaz de presentar una propuesta alternativa que sea efectiva opción electoral. Al igual que el Partido Nacional,  y ante la incapacidad para disputarle el gobierno al Frente Amplio con propuestas en las urnas, está optando por venezonalizar la política local, lanzándola por un camino que, en Venezuela, terminó con violencia verbal y física, muertos en las calles,  y la imposibilidad de diálogo político.

Como dijo hace pocos días el dirigente comunista Juan Castillo, la oposición “no pudo probar que Sendic se llevó 10 mil pesos de Ancap” en referencia a que, está claro, que una cosa es cuestionar la gestión de una empresa pública como Ancap, y otra muy distinta, señalar que su Presidente se quedó con un solo peso. Algo que el Partido Nacional no pretendía probar con la Comisión Investigadora de Ancap ya que su objetivo era, a falta de propuestas electorales, voltear a Sendic como posible candidato del Frente Amplio para 2020. Misión en la que, hay que decirlo claramente, tuvieron éxito por la feroz campaña mediática, pero también por la incapacidad del Frente Amplio,  de articular una estrategia de defensa común ante el embate opositor. El gobierno no pudo hasta ahora explicarle a la gente qué fue lo que pasó en Ancap. Muchos sectores del Frente Amplio aprovecharon incluso la oportunidad para hacerle saber a Sendic, que no lo creían como el mejor candidato para la próxima campaña electoral de 2020.

Para destacarse en un escenario que le es adverso,  Mieres, tomó el peor de los caminos.

Es la política.

Jueces que decretan cualquier cosa, gastos de la justicia sin ningún control, funcionarios que se aprovechan de una mala redacción para exigir reparaciones fuera de este mundo, policías que les llevan pruebas a medias, jerarcas que no leen ni los propios procedimientos que redactan sus superiores,  son una faceta del Poder Judicial que la gente que tiene que recurrir a la justicia, nota perfectamente  cada día que tiene que estar del otro lado del mostrador. Ver que en Carmelo o Colonia hay excelentes funcionarios no debe ser excusa para esconder la realidad de que la justicia es una rifa en donde te irá mejor o peor, proporcionalmente al abogado defensor que puedas pagar.

El Poder judicial es el poder menos trasparente del Estado y por lo tanto, llevarle a él la responsabilidad de atender una causa política, es parte de una estrategia  que  empareja para abajo la política, lugar del que proviene Mieres. Así las cosas, hay que tener confianza en el Poder Judicial, pero resulta que el Poder Judicial no es un poder confiable.

La independencia técnica que alegan jueces y fiscales es un gran cajón de turco donde entra cualquier cosa: desde la prisión de Zimmer hasta el golpeador que fue dejado en libertad hace unos días en un juzgado de Montevideo. De ahí puede salir cualquier cosa menos un acto de justicia y además, el conflicto injusto, desmedido y fuera de lugar que hacen los jueces de la Suprema Corte de Justicia -basados en una avivada criolla que fue no declarar partidas para que su sueldo quedara por debajo de los ministros de Estado- y que lo enfrentan actualmente con el Poder Ejecutivo, convierten a cualquier causa contra el gobierno en un casi fallo adverso para éste. Hoy por hoy, la venganza parece haberse convertido en  el plato frío de la independencia técnica.

Además de temeraria y de desprestigiante del sistema político, la decisión de Mieres va en contra de las más elementales prácticas del juego político que es lograr el efecto querido, esto es el apoyo en las acciones política, a través de la llegada de su  prédica con la gente, en el lugar donde están los votos, y no en el oscuro despacho de un integrante del Poder Judicial.

Delegar en la justicia un conflicto del poder político, no demuestra otra cosa que incapacidad de los actores políticos de la oposición para presentar acciones de gobierno que convenzan y movilicen a las grandes mayorías populares, esas a las que no llegan ni con la ayuda del  goteo incesante de la política de algunos medios de comunicación,  y que les dieron la espalda en noviembre pasado por tercera vez consecutiva.

Una lástima, porque el país necesita una oposición que tenga propuestas que puedan llegar al gobierno, para lograr la normal alternancia que necesita una república, y de la que se terminan beneficiando los ciudadanos.

Lo de Mieres no es más que un acto desesperado de una oposición sin propuestas, como la que ya hemos visto en Venezuela.

Muros

Muro_de_Canton

Gabriel Monteagudo.

Se quedan con nuestros ríos, nuestras carreteras y nuestra costa. Le hacen fintas a la ley y se ríen levantando muros de concreto contra la ruta, o colocando arena y juncos sobre la costa. Para que nadie los vea, para que nadie los moleste. Para que la chusma no pase.

Vienen con sus barcos y no declaran su ingreso, ponen guardia de seguridad en la costa, bajan con sus aviones a cualquier hora, desconocen fronteras y son los privilegiados que pueden hacer culto de la libre circulación de bienes de la que habla el Tratado del Mercosur. Allí nadie les pide cuentas sobre lo que bajan o no bajan de sus yates lujosos y sus aviones. Formaron un mundo aparte, un enclave extraterritorial, un barrio cerrado y exclusivo donde se paga poco a los trabajadores y se recambia el personal cuando comienzan a ganar demasiado. O a ver cosas y hacer demasiadas preguntas.

Encerrados en sus lujosas fronteras, parecen reírse de las autoridades y cada tanto, recuerdan que alguna vez en el colegio privado al que fueron, alguien les habló algo que no recuerdan, sobre una cosa llamada soberanía nacional.

No son los conquistadores españoles, ni los protagonistas de las luchas de la independencia. Son ocupas fashion, que llegaron con mucho dinero sobre el que no dan explicaciones, compran sin responder preguntas, estiran sus dedos, y al ritmo de un poquito cada día, van expandiendo sus dominios.

Es una lucha sorda, silenciosa que por omisión y distracción -voluntaria o involuntaria- del pueblo y las autoridades, ocurre acá nomás pasando el Balneario Zagarzazú.

Y son quienes disfrutan y han disfrutado históricamente del Balneario Zagarzazú, porque viven allí o lo visitan frecuentemente, los primeros en sentir alguno de estos efectos.

Lo decimos porque esta semana, máquinas del empresario Eduardo Cantón, el inefable “Pacha” -aquel que supo ser amigo del Mónico Santos-, desfilaron esta semana por la playa del Balneario Zagarzazú, y levantaron un muro de arena y resaca de playa para evitar el paso por la costa. Esa costa que creen que es suya y que las autoridades nacionales y departamentales -cómplices ambas- hacen como que es suya, pero que en realidad es del pueblo uruguayo, pero de la que ellos se apropiaron. Son asentados de asentamientos VIP

La historia.

Hace unos años, un prefecto complaciente puso una casilla y mandaba a su personal a hacer guardia para intimidar e impedir que la gente que iba al balneario Zagarzazú, siguiera caminando por la costa y pudiera -como hizo toda la vida- llegar hasta “la vuelta honda” que se formaba contra la desembocadura del Arroyo Víboras.

Desde que Cantón compró estos terrenos, siempre trató de intimidar a la gente para que no paseara por la costa y sus huéspedes y amigos tuvieran de hecho, la propiedad exclusiva de la franja costera.

Una queja que hicimos desde EL ECO sacó esa guardia nefasta que utilizaba al Estado para dar miedo a los conciudadanos.

Ahora, esta semana, nos alertaron de lo que ocurría, y allí fuimos a ver la antinatural barrera de arena y resaca de playa que se hizo con maquinaria pesada, para evitar que cualquier persona continúe caminando por la franja costera. Quienes usan el Balneario Zagarzazú, gente común como usted o yo, hoy sentimos que nos pusieron una barrera para decirnos que no quieren que veamos a la gente del otro lado de la barrera.

El muro de arena fue colocado como continuación del alambrado, que en condiciones normales del Río de la Plata, deja una franja de arena para que se pueda transitar libremente la costa.

En los hechos, lisa y llanamente, se robaron la costa.

No es la primera vez.

Hay una larga lista de irregularidades que, si las hace usted, no tenga dudas se come un procesamiento con prisión por varios años, pero ellos gozan de la impunidad y la inmunidad que les da el poder del dinero y sus amigos en el gobierno y la justicia.

La frase “¿Yo?, argentino”, no es aquí una frase más.

-Cuando hacían la cancha de golf, cortaron el arroyo para usar el agua en sus recientemente construidos lagos artificiales.

-Luego construyeron un muro, a pocos centímetros del acceso al puente Castells, que disimularon con cañas pero que constituye un verdadero peligro para los automovilistas. Ni la justicia logró que lo sacaran.

-Impulsan la “ruta turística” en ese tramo para evitar que pase la menor cantidad de gente posible.

-Se llevaron el casino del Estado de Carmelo, nada menos que el Casino del Estado, para un edificio en medio del campo por el que cobraban cincuenta mil dólares mensuales de alquiler, y que pagábamos todos los uruguayos, durante la presidencia de Jorge Batlle.

-En medio de la mayor corrida bancaria y fuga de divisas del país, ellos movían cien millones de dólares entre empresas fantasmas alrededor de esos emprendimientos. Paradójicamente entonces, no se movía una pelotita de golf.

-Un día, decidieron que había personal que ganaba demasiado y simplemente los echaron a todos y tomaron personal nuevo que trabajó por la mitad del sueldo.

-Otro día, amenazaron de muerte a uno de los trabajadores y todo quedó como si nada.

-Todo el mundo sabe, aunque lo nieguen en voz alta, que allí eluden controles de frontera, que traen lo que quieren desde la vecina orilla y que “para no correr el turismo” autoridades y carmelitanos hacen la vista gorda. Intente pasar una feta de mortadela por el puerto y después me cuenta eso de la igualdad.

Mientras tanto, en el balneario todos conocen lo que ocurre, pero son pocos los que se animan a abrir la boca, a contar las cosas que ven a diario, unos por no meterse, otros por indiferencia, otros porque tienen hijos o familiares que salen a diario a la ruta para ir a trabajar o a estudiar.

Pero la historia y los hechos están allí nomas, a pocos kilómetros de Carmelo donde se levantan muros, unos visibles y otros aparentemente invisibles, pero totalmente apreciables para quienes tengan ganas de verlos.

Tuve un déjà vu

dejavuPor Gabriel Monteagudo

Tener un déjà vu es tener la sensación de que algo que estás viviendo en este momento y que parece un hecho novedoso, es algo que ya viviste tiempo atrás.

Lo que ocurre en este caso con el combustible y la intendencia de Colonia es parte de ese hecho noticioso que parece nuevo pero que en esta comuna coloniense, es tan común como el agujero del mate para los uruguayos.

Esta semana, exactamente el 25 de noviembre de 2015 se conoció públicamente la detención de siete funcionarios municipales y otros tanto que fueron a declarar al juzgado de rosario pro un presunto hurto de combustible.

Exactamente el 25 de noviembre de 2005, el entonces recién entrante intendente Dr. Walter Zimmer comparece ante la Junta Departamental de Colonia porque había denunciado luego de ingresar, que constató la existencia de un mercado de combustible dentro de la intendencia de Colonia, donde se sabía que había comercialización de gasoil entre 7 y 9 pesos el litro, exceso de gasto de lubricantes, de valvulina y líquidos de frenos

¿Casualidad? Pareciera que no. Quién dejaba en ese momento la intendencia luego de diez años de gobierno era Carlos Moreira y Walter Zimmer comenzó por lo que parece uno de los talones de Aquiles de la intendencia, y es la fuga indiscriminada de combustible.

Ahora, la gestión de Moreira comienza por el mismo lugar por el que Zimmer comenzó investigando su gestión entonces. Más que casualidad parece que Moreira fue anotando y ahora, ítem por ítem, está recorriendo el mismo camino de vendeta política que le aplicó diez años atrás el barbado intendente.

En noviembre de 2005, Zimmer concurrió a la Junta para explicar como detectó que un funcionario municipal era responsable del hurto de combustible “Por supuesto que comprometimos que esta gestión, nuestra administración, iba a poner entre otros puntos, hincapié sobre el combate a la corrupción” dijo Zimmer a los ediles, “esta situación llevó a tomar mecanismos de control tales que, en un momento determinado, se pudo tomar un funcionario municipal y el comprador del combustible, por lo cual ambos han sido procesados y por supuesto que el funcionario infiel -que consideramos que son una minoría, porque la mayoría de los funcionarios municipales son excelentes funcionarios- que pertenece a esa minoría que está haciendo un daño terrible. Este funcionario seguirá el trámite administrativo correspondiente a los efectos de que esta Corporación, cuando se le envíe el mensaje, tome la decisión”.

Qué dijo Moreira este miércoles a EL ECO: “se trata de algo que sucedía en la administración anterior y vamos a sumariar y separar del cargo a los funcionarios porque entendemos que hay elementos suficientes”.

Similitud de discurso y similitud de procedimientos sobre un mismo tema, al que dedican sus primeros meses de gestión.

Indudablemente que es algo que hay que hacer porque la administración municipal debe perseguir la corrupción dentro de la intendencia. Sin embargo, cuando se producen este tipo de casos, siempre es porque alguien, en un cargo más arriba, no hizo lo que debía hacer o tuvo una actitud muy laxa ante los mecanismos de contralor de los que era responsable. Esos, son los que no caen, los que siempre están y los que siempre permanecen gobierno tras gobierno.

Decía Zimmer ante los ediles el 25 de noviembre de 2005. “nosotros tenemos la sana intención de no andar persiguiendo ladrones de combustible y de lubricantes, sino que queremos que no haya ya este tipo de situación. Es decir: prevenir es ta acción delictiva y hacerlo con mecanismos persuasivos y de contralor, que es el mejor mecanismo que existe, porque de no tomar esas medidas, vamos a estar siempre corriendo atrás del que roba y siempre van a seguir robando”.

Obviamente Zimmer hablaba de lo que había sido la gestión dejada por Carlos Moreira. “En la progresión que nosotros estamos en este momento, aproximadamente tenemos un 10 % de ahorro de combustible en la proporción que tenemos, que tendría que ser más todavía, pero evidentemente en base a que hay sustracciones, hay robos, no logramos llegar a las cifras correctas, pero se han ahorrado con mecanismos de contralor unos cuántos miles de litros de combustible, que significa una cifra importantísimo en pesos”.

En conclusión: cuando Zimmer tomó el gobierno después de 10 años que le dejó Moreira, lo primero que hizo fue denunciar el hurto de combustible y la falta de controles del gobierno anterior. Ahora, cuando asume Carlos Moreira, lo primero que hace es denunciar el hurto de combustible y la falta de controles del gobierno de 10 años que le dejó Zimmer.

Todo parece indicar que las situaciones, incluso calcadas en el día y mes ocurridas con diez años de diferencia, no parecen ser pura casualidad y en ante esto, la cuestión fundamental no es que se hagan un pase de factura calcado con diez años de diferencia, sino que se efectivicen controles para que estas situaciones no sigan ocurriendo a lo largo de sus respectivos períodos.