Crónica de una movilización político-partidaria

Por Gabriel Monteagudo
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Al mediodía del pasado miércoles 24 de febrero y con más de treinta y cinco grados sobre la ruta, unos cuarenta de productores lácteos y agropecuarios de la zona se movilizaron en la radial de Ombúes de Lavalle en reclamo de mejoras para el sector productivo e informar sobre la situación del sector.
Como único periodista de la zona estuve allí al pie del puente sobre ruta 55 y puedo decir que fue una manifestación muy tranquila y que en ningún momento se dijo algo fuera de lugar o de mala manera.
Destacado ésto, en esta movilización hubo dos hechos reales y constatables: uno es la crisis que vive el sector agropecuario en general y el lechero en particular, como consecuencia del desplome de los precios internacionales. Doris Gay que es pequeña productora desde hace treinta años nos decía que ya ha vivido este tipo de crisis varias veces pero que esta vez están agobiados por la carga tributaria que les encarece el producto.
En este punto, está claro que si el sector es importante como un sector estratégico del país, el Estado deberá buscar los mecanismos para ayudar a estos pequeños productores, con herramientas mejores a las que hoy aplica. Si bien actualmente el Estado ha generado una política de descuentos y beneficios para el pequeño productor agropecuario, ellos aseguran que estas medidas son insuficientes. Y no hay porque no creerle.
Por otra parte, si el sector lácteo no es un sector estratégico, deberá sujetarse a las reglas de juego de un país inmerso en un mundo capitalista, reglas básicas de oferta y demanda, donde el que es más eficiente sobrevive, y el que no, perece como productor o cambia de rubro.
Eso en referencia a las dificultades que atraviesan, quizás no mayores que las que atraviesa el sector apícola, o el sector vitícola, o los almaceneros de todo el país, pero con mayor capacidad para lograr atención en la opinión pública, a la hora de manifestarse.

La proclama
Lo otro, lo de la proclama, cuando uno la escucha, se percibe que es una clara proclama política de carácter partidario. Es la oposición al gobierno, manifestándose en contra del mismo. Así de claro. Y en la proclama, echan por tierra cualquier reclamo que en el mano a mano, un ciudadano común hubiera catalogado como sensato.
No hay más que escuchar las dos proclamas, la nacional y la departamental, que colgamos en la página web de EL ECO para darse cuenta del carácter partidario de la movilización.
Allí desconocen las políticas de ayuda al sector agropecuario, desconocen la situación internacional y culpan de sus males al gobierno: “el agro se cae a pedazos teniendo casi todos los rubros nula competitividad”, aseguran. “No estamos acá por el costo internacional sino por el costo país que hace que frente a ese mercado, todos los rubros del mercado hayan disminuido sus márgenes hasta hacerse insostenibles y en ese camino vamos”.
Después agregan que “tenemos el combustible más caro de la región” pero no dicen que hoy el combustible está un peso más caro en Argentina ($31 contra $30 el gasoil de acuerdo a las exoneraciones que tiene el sector) y que además no nos podemos comparar con países productores de petróleo.
Según la propia Ancap, producir un litro de nafta cuesta $ 16, y el resto son impuestos. Los ciudadanos ya decidieron en plebiscito mantener las empresas públicas,  y sostenerlas hace que la carga impositiva sea mayor que en otros países. “Es inexplicable que habiendo bajado un 60 por ciento el petróleo no haya margen para bajar los combustibles. No será hora que comencemos a importar combustibles baratos para el Uruguay” se preguntan, pero no explican que se hace con el dinero que no va a recaudar Ancap para hacer obras, o los mil y pico de empleados que quedarían en la calle si Ancap cierra, entre otra decena de puntos que parecen no cuestionarse.
Más adelante agregan que “el costo del Estado aumentó 47% de 2010 a 2015, las exportaciones solo un 10%”, dicen. “Pero el Estado siguió de largo engordando y creciendo. Las tarifas suben un 10 por ciento, la contribución rural un 30 por ciento y tenemos una carga fiscal altísimo”.
“Durante estos diez años de bonanza a los que al gobierno le gusta alardear nosotros nos preparamos, invertimos, aumentamos nuestra productividad en todos los rubros, apostamos al país. El gobierno no aprovechó esa bonanza, no se preparó para las malas, no invirtió en infraestructura, no generó un fondo anti cíclico y no tantas cosas mas. Y donde están las carreteras prometidas, las rutas nacionales están en pésimo estado”, se preguntan, eludiendo mencionar en forma clara cualquier referencia a las rutas departamentales y  caminos rurales desastrosos por donde tienen que salir los camiones cargados de granos.
También hacen mención a Venezuela y su incumplimiento de pago en el cual el gobierno uruguayo no tiene nada que ver,  y enuncian lo que es un verdadero disparate conceptual: “el atraso de ese pago sigue presionando a la baja el precio de la leche” como si en el mundo se fijara el precio de los lácteos por el negocio de cuatro cooperativas con Venezuela.
Ni los beneficios anunciados por el gobierno, ni el préstamo sin interés para quienes en su momento se picaron los dientes con los buenos precios de Venezuela, ni los avances anunciados esta semana por el Ministro de Economía y el propio Presidente de la República. La consigna no tenía nada de eso, evidenciando una clara postura partidaria. El Estado tenía que guardar, pero ellos estaban excentos de esa premisa en momentos de bonanza.
La proclama departamental también sigue esa línea “Rumbo a un país-agro fundido” dice la proclama elaborada en Colonia, “la estructura del Estado sigue siendo ineficiente, cara y oscura a los intereses nacionales” dicen y apunta contra las empresas pùblicas “arrancaron en la etapa del servicio, pasaron a la del privilegio y ahora están en la última que es la etapa del abuso. Y se preguntan como es que el valor de las tarifas públicas se convierten en un peso decisivo para la producción nacional”, y repiten: “tenemos la energía y los combustibles mas caros de América Latina y eso hace que comer en Uruguay sea más caro que comer en España o Alemania”.
“Y  como si esto fuera poco, salimos corriendo con camiones para salvar una empresa monopólica. Nos toman el pelo”, señala la consigna.
En resumen, un reclamo con una base justa, que se convierte en una plataforma político-partidaria para manifestarse en contra del gobierno “ahh sos argentino, entonces sabes de que te hablo. Ahora ustedes están mejor con el cambio de gobierno que tuvieron”, le dijo uno de los manifestantes a un turista argentino que paró en su vehículo.
Más claro que la leche.

Carmelo es su puente

Por Gabriel Monteagudo*

Crónica de 200 años

puente-Carmelo

La mejor imagen de Carmelo es su puente giratorio.

Quizás porque él nos define como un pueblo en constante movimiento, que se va pero que siempre vuelve, que constantemente atraviesa desafíos, y quizás por eso somos un pueblo de ida y vuelta, en transformación. Doscientos años después, Carmelo continúa teniendo más futuro que pasado y por eso mismo, el puente nos define como un lugar de tránsito, una vía de salida por la que siempre vamos a retornar.

Pero a la vez el puente es un lugar tranquilo, un lugar donde los carmelitanos nos podemos parar a contemplar la vida como la corriente que cruza, a veces caudalosa y mansa, muchas veces enloquecida, de un arroyo que aún no terminamos de descubrir. Esa estructura no son unos hierros muertos, sino que forman parte de nosotros como los huesos forman parte de nuestro cuerpo. Son los únicos hierros de un puente que se mueve por tracción a sangre y por eso también es un ser vivo que forma parte de nosotros.

Ese arriba de engranajes que cruzamos diariamente, pero también el lugar en el que nos podemos parar a contemplar el mundo-correntada; ese arriba no solo es un puente, sino que un puente -ciudad, una metáfora de lo que somos: una cuidad tranquila donde podemos encontrar refugio para aquietar el alma, y descansar de la locura de afuera, detener el tiempo para contemplar esa correntada que pasa caudalosa, tan parecida al tumultuoso mundo cotidiano.

De las cuatro manzanas en las que vivían los pobladores de Las víboras desde 1758, al amanzanado actual que sigue en expansión, Carmelo es una ciudad en permanente movimiento, con miles de facetas que no terminan de definirla porque siempre está experimentando cosas diferentes, desde su costado obrero más duro en la extracción de piedra, pasando por su destino naval forjado a mediados del siglo XX o su incipiente orientación hacia un Turismo que no termina de ser suficientemente bien explotado, y un patrimonio rico en arquitectura que podemos encontrar caminando por sus calles en cualquier tardecita de primavera.

Hemos crecido poco, porque tal vez a los carmelitanos nos importa como disfrutamos el tiempo que vivimos, más la calidad que la cantidad de los que somos. Es curioso pero en el censo de 1908 Carmelo tenía 9364 habitantes. Ciento tres años después, cuando se hizo el último censo, nos contaron por última vez y eramos 18.041, apenas el doble de habitantes en ciento tres años. En Carmelo, el tiempo no es una variable que nos merezca demasiada importancia.

A lo mejor, eso ocurre porque el verdadero ritmo de la ciudad lo ponen ellas. Siempre más racionales por naturaleza, en Carmelo hay cien mujeres más que hombres, 9402 mujeres y 8469 hombres que viven en 6250 casas. En esta ciudad, creció más la cantidad de ladrillos amontonados en forma de vivienda, que de personas, y tanto es así, que aún quedan poco más de mil viviendas desocupadas.

En esta ciudad no sólo hay más mujeres sino que los hombres sabemos que ellas al nacer van a vivir hasta los 80 años y nosotros apenas hasta los 74, casi 75, según la expectativa de vida determinada por el último censo. Tal vez nos sirva a los hombres saber que por estos parajes, las mujeres comienzan a tener hijos a los 27 años, tirando a los 28 años años.

Carmelo es su paisaje y no es necesario salir de sus casco urbano para tener una rica historia que contar. Es su puente y su grúa, su edificio de aduanas y su puerto, la casa de Nicolás Mihanovich y el Museo Naval, el Hotel Casino y la Reserva de Fauna, su Playa Seré y El Refugio, la vieja historia del puerto arenero sobre Punta Piedras. Carmelo es el Complejo Turístico esperando nuevos vientos, es el Lamas Garrone, La Gloria y El Vesubio, el Teatro Uamá y el ex Cine Patria, el molino harinero, el Parque Artigas, la arquitectura antigua de su calle principal, la Plaza del prócer y la araucaria de la Plaza Independencia, la vieja Junta Local, la iglesia histórico y el Archivo y Museo del Carmen con todos sus tesoros y por extensión, la Calera de las Huérfanas.

A diferencia de otras ciudades, limitadas por su geografía, Carmelo puede aún expandirse infinitamente hacia varios de sus puntos cardinales. Allí dónde la imaginación no tiene límites, la ciudad cuenta con amplios espacios verdes aún por conquistar.

Pero además, Carmelo es su gente que lo hizo grande y mucha que aún lo engrandece cada día. Es Roberto Bertolino, Román Iturburúa, Silvio Giribone, Eduardo Arbeleche, el Mtro. Hugo Dupré, el Prof. Miguel Banchero y Atilio Francois, Braulio Massé, Raúl Barizoni, Dante Irurtia, Mariucha Piceda, Antonio Sarachu, Alfredo Sarachu y Marujita, Bachicha Rodríguez y Maximiliano García. Es el Pardo Herrera y Obdulo López, Tito y Juan Parodi, los Ferrari panaderos y los Parodi murguistas, el indio Candioti, Miguel Pichín Mortalena y Jorge Fontana, Juan José González y Fernando Pozzo, Ovidio “Titico” Díaz, Saén Martínez, el Dr. Luis García Díaz y Orlando Gil, Sergio Casanova, Julio Tagliafico, Emiliano Dumestre, Pablo Anchieri y Nahuel Mendoza, Leandro Salvagno, los remeros Gustavo Pérez, Luis Mariano Aguiar y Raúl Torrieri, Mario Mazzeo, Alberto Dupré, Aledio Pegazzano y su Pablo Siglo, Pastor Aulet y Siles Ferrari de Busco, Rodolfo Jorajuría, Walter Hugo “Pechuga” Giribone, Alfredo Keuylian, Ismael Abad y Alecio Monteagudo. Y tantos más.

Pero más allá de pasado y presente, Carmelo es futuro. Los dueños del futuro son menos famosos, pero apostamos a que darán que hablar en los próximos años: Manuela Aznárez, Romina Membredes, Mauricio Petit, José Montero, Lucía Cerruti, Melania Orgoroso, Santiago Cerruti, Gonzalo Dorrego, Juan Luis Udaquiola, Joaquín González, Maximiliano Muñoz, Angel López, Ariana Funes, Elias Haboush, Gillermina Espíndola, Gimena González, Silvana Rojas y Belén Montero.

Apenas algunos de los jóvenes carmelitanos que se destacaron en los últimos años en áreas como las ciencias y las matemáticas, y que fueron noticia en nuestras páginas.

La lista es arbitraria, desordenada e injustamente elaborada, pero no es más una excusa para decir que, como el arroyo que nos atraviesa, Carmelo es una correntada en pleno desarrollo, una ciudad aún en carne viva y en continua transformación.

Doscientos años es un acontecimiento importante, pero es sólo un momento más, de los tantos que tenemos para disfrutar como mojones en una ciudad que por suerte, todavía no es todo lo que puede ser.

*Periodista y redactor responsable de El Eco de Carmelo

Mieres y la venezonalización de la política

venezuela

Si el Poder Legislativo, que es uno de los tres poderes del Estado, debe recurrir a otro poder del Estado, el judicial, para dirimir sus diferencias, es porque el propio Poder Legislativo no es capaz de resolver sus problemas. Entregarle sus diferencias a un poder desprestigiado y oscuro, de nula representatividad popular como el Poder Judicial es, ni mas ni menos, que rifar la institucionalidad republicana y debilitar las instituciones electas por la gente.

La denuncia, que presentará el senador Pablo Mieres a la justicia por las presuntas irregularidades en Ancap, no es la única pero es un claro ejemplo de ello.

Según él mismo senador señaló a la prensa nacional, llevará a la justicia tres planteos “el proceso licitatorio, otorgamiento de publicidad a una radio que no estaba funcionando, el monto de la factura de la fiesta de inauguración de la desulfurizadora, la existencia de comisiones cobradas por la agencia para buena parte de los proveedores, la ausencia de exigencia de Ancap a la agencia publicitaria para la presentación de tres presupuestos, para chequear que no se cobre más caro de lo que debería».

Todos son temas que una purga gerencial en Ancap y una remoción de directores a través de decisiones políticas podrían solucionar rápidamente. Ergo, la oposición es incapaz de lograr este efecto en el gobierno.

El problema de Mieres.

Pero primero pongamos las cosas en contexto para saber porqué el senador Pablo Mieres, único senador del Partido Independiente, llega a esta instancia y porqué aseguramos que dicha decisión socava la institucionalidad del propio poder del Estado para el que fue electo como representante, y que en buen romance no es otra cosa que darse la piedra contra los dientes. Crisis de representatividad que le dicen.

Los gobiernos son electos para que gobiernen, eso está claro. La ciudadanía uruguaya entendió claramente que los contubernios parlamentarios que hacían blancos y colorados en la cámaras, terminaban perjudicando su vida y  la vida del país, y por lo tanto, utilizó la herramientas de mayorías parlamentarias, para darle el poder suficiente que necesita el gobierno para llevar su programa adelante.

Es lo que pasa en las intendencias del interior, donde el intendente que gana, tiene por ley las mayorías necesarias de ediles para gobernar, como es el caso de Colonia con Carlos Moreira. Y con su mayoría de ediles, gobierna durante cinco años, en los cuales la gente confirma su  apoyo, o los saca con el voto en la elección siguiente.

Mieres, al igual que el diario El País y subido al carro de la feroz campaña de la oposición para romper las mayorías parlamentarias -que ellos mismos habían inventado en su momento para que no ganara el Frente Amplio-, apostó a que esta fuerza política no tendría mayorías parlamentarias, y entonces él sería el “senador bisagra” del sistema político.

¿Como es esto?, bien fácil. Calculaba que el Frente Amplio sacaría 15 senadores, otros 15 blancos y colorados y que él quedaría como el senador 16 y por lo tanto, con escaso ochenta mil votos, sería quien decidía que cosas se aprobaban, y que cosas no se aprobaban en el senado. Según él mismo explicaba entonces, unas veces decidiría darle mayorías al gobierno y otras votaría con la oposición. El planteo resultaba brillante para Mieres: con pocos votos,  era el dueño de las decisiones del gobierno y quién le daba o le quitaba la mayoría en cada tema que se planteaba en el senado.

La estrategia tenía una falla enorme, que fue detectada inmediatamente por el pueblo en el pasado octubre ¿quien le aseguraba al pueblo uruguayo que Mieres, un solo senador con escaso respaldo electoral, sería el iluminado, el hombre sabio que decidiría ecuánimemente por el pueblo, si el apoyo que daba al gobierno o a la oposición,  iba a ser el correcto, el que el pueblo quería, o si en realidad sería el capricho o la conveniencia de Mieres, lo que le haría levantar la mano a favor o en contra?

Como el pueblo no es bobo, la gente se dio cuenta rápidamente de esta jugada electoral y, correctamente, decidió una vez más darle la mayoría al gobierno para que pueda aplicar el programa que propuso, y llevar adelante las promesas de campaña.

Sin poder en el Senado, Mieres es hoy un fantasma político, cuya presencia no significa ni chicha ni limonada a nivel parlamentario. Que el Soc. Pablo Mieres esté  o no como senador, para la gente común, es totalmente indiferente.

Mieres, el hombre solo.

Mieres no es más que el reflejo de una oposición que resulta incapaz de unirse en un informe común sobre el resultado de la comisión investigadora que formaron para Ancap y que, también es incapaz de presentar una propuesta alternativa que sea efectiva opción electoral. Al igual que el Partido Nacional,  y ante la incapacidad para disputarle el gobierno al Frente Amplio con propuestas en las urnas, está optando por venezonalizar la política local, lanzándola por un camino que, en Venezuela, terminó con violencia verbal y física, muertos en las calles,  y la imposibilidad de diálogo político.

Como dijo hace pocos días el dirigente comunista Juan Castillo, la oposición “no pudo probar que Sendic se llevó 10 mil pesos de Ancap” en referencia a que, está claro, que una cosa es cuestionar la gestión de una empresa pública como Ancap, y otra muy distinta, señalar que su Presidente se quedó con un solo peso. Algo que el Partido Nacional no pretendía probar con la Comisión Investigadora de Ancap ya que su objetivo era, a falta de propuestas electorales, voltear a Sendic como posible candidato del Frente Amplio para 2020. Misión en la que, hay que decirlo claramente, tuvieron éxito por la feroz campaña mediática, pero también por la incapacidad del Frente Amplio,  de articular una estrategia de defensa común ante el embate opositor. El gobierno no pudo hasta ahora explicarle a la gente qué fue lo que pasó en Ancap. Muchos sectores del Frente Amplio aprovecharon incluso la oportunidad para hacerle saber a Sendic, que no lo creían como el mejor candidato para la próxima campaña electoral de 2020.

Para destacarse en un escenario que le es adverso,  Mieres, tomó el peor de los caminos.

Es la política.

Jueces que decretan cualquier cosa, gastos de la justicia sin ningún control, funcionarios que se aprovechan de una mala redacción para exigir reparaciones fuera de este mundo, policías que les llevan pruebas a medias, jerarcas que no leen ni los propios procedimientos que redactan sus superiores,  son una faceta del Poder Judicial que la gente que tiene que recurrir a la justicia, nota perfectamente  cada día que tiene que estar del otro lado del mostrador. Ver que en Carmelo o Colonia hay excelentes funcionarios no debe ser excusa para esconder la realidad de que la justicia es una rifa en donde te irá mejor o peor, proporcionalmente al abogado defensor que puedas pagar.

El Poder judicial es el poder menos trasparente del Estado y por lo tanto, llevarle a él la responsabilidad de atender una causa política, es parte de una estrategia  que  empareja para abajo la política, lugar del que proviene Mieres. Así las cosas, hay que tener confianza en el Poder Judicial, pero resulta que el Poder Judicial no es un poder confiable.

La independencia técnica que alegan jueces y fiscales es un gran cajón de turco donde entra cualquier cosa: desde la prisión de Zimmer hasta el golpeador que fue dejado en libertad hace unos días en un juzgado de Montevideo. De ahí puede salir cualquier cosa menos un acto de justicia y además, el conflicto injusto, desmedido y fuera de lugar que hacen los jueces de la Suprema Corte de Justicia -basados en una avivada criolla que fue no declarar partidas para que su sueldo quedara por debajo de los ministros de Estado- y que lo enfrentan actualmente con el Poder Ejecutivo, convierten a cualquier causa contra el gobierno en un casi fallo adverso para éste. Hoy por hoy, la venganza parece haberse convertido en  el plato frío de la independencia técnica.

Además de temeraria y de desprestigiante del sistema político, la decisión de Mieres va en contra de las más elementales prácticas del juego político que es lograr el efecto querido, esto es el apoyo en las acciones política, a través de la llegada de su  prédica con la gente, en el lugar donde están los votos, y no en el oscuro despacho de un integrante del Poder Judicial.

Delegar en la justicia un conflicto del poder político, no demuestra otra cosa que incapacidad de los actores políticos de la oposición para presentar acciones de gobierno que convenzan y movilicen a las grandes mayorías populares, esas a las que no llegan ni con la ayuda del  goteo incesante de la política de algunos medios de comunicación,  y que les dieron la espalda en noviembre pasado por tercera vez consecutiva.

Una lástima, porque el país necesita una oposición que tenga propuestas que puedan llegar al gobierno, para lograr la normal alternancia que necesita una república, y de la que se terminan beneficiando los ciudadanos.

Lo de Mieres no es más que un acto desesperado de una oposición sin propuestas, como la que ya hemos visto en Venezuela.

Muros

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Gabriel Monteagudo.

Se quedan con nuestros ríos, nuestras carreteras y nuestra costa. Le hacen fintas a la ley y se ríen levantando muros de concreto contra la ruta, o colocando arena y juncos sobre la costa. Para que nadie los vea, para que nadie los moleste. Para que la chusma no pase.

Vienen con sus barcos y no declaran su ingreso, ponen guardia de seguridad en la costa, bajan con sus aviones a cualquier hora, desconocen fronteras y son los privilegiados que pueden hacer culto de la libre circulación de bienes de la que habla el Tratado del Mercosur. Allí nadie les pide cuentas sobre lo que bajan o no bajan de sus yates lujosos y sus aviones. Formaron un mundo aparte, un enclave extraterritorial, un barrio cerrado y exclusivo donde se paga poco a los trabajadores y se recambia el personal cuando comienzan a ganar demasiado. O a ver cosas y hacer demasiadas preguntas.

Encerrados en sus lujosas fronteras, parecen reírse de las autoridades y cada tanto, recuerdan que alguna vez en el colegio privado al que fueron, alguien les habló algo que no recuerdan, sobre una cosa llamada soberanía nacional.

No son los conquistadores españoles, ni los protagonistas de las luchas de la independencia. Son ocupas fashion, que llegaron con mucho dinero sobre el que no dan explicaciones, compran sin responder preguntas, estiran sus dedos, y al ritmo de un poquito cada día, van expandiendo sus dominios.

Es una lucha sorda, silenciosa que por omisión y distracción -voluntaria o involuntaria- del pueblo y las autoridades, ocurre acá nomás pasando el Balneario Zagarzazú.

Y son quienes disfrutan y han disfrutado históricamente del Balneario Zagarzazú, porque viven allí o lo visitan frecuentemente, los primeros en sentir alguno de estos efectos.

Lo decimos porque esta semana, máquinas del empresario Eduardo Cantón, el inefable “Pacha” -aquel que supo ser amigo del Mónico Santos-, desfilaron esta semana por la playa del Balneario Zagarzazú, y levantaron un muro de arena y resaca de playa para evitar el paso por la costa. Esa costa que creen que es suya y que las autoridades nacionales y departamentales -cómplices ambas- hacen como que es suya, pero que en realidad es del pueblo uruguayo, pero de la que ellos se apropiaron. Son asentados de asentamientos VIP

La historia.

Hace unos años, un prefecto complaciente puso una casilla y mandaba a su personal a hacer guardia para intimidar e impedir que la gente que iba al balneario Zagarzazú, siguiera caminando por la costa y pudiera -como hizo toda la vida- llegar hasta “la vuelta honda” que se formaba contra la desembocadura del Arroyo Víboras.

Desde que Cantón compró estos terrenos, siempre trató de intimidar a la gente para que no paseara por la costa y sus huéspedes y amigos tuvieran de hecho, la propiedad exclusiva de la franja costera.

Una queja que hicimos desde EL ECO sacó esa guardia nefasta que utilizaba al Estado para dar miedo a los conciudadanos.

Ahora, esta semana, nos alertaron de lo que ocurría, y allí fuimos a ver la antinatural barrera de arena y resaca de playa que se hizo con maquinaria pesada, para evitar que cualquier persona continúe caminando por la franja costera. Quienes usan el Balneario Zagarzazú, gente común como usted o yo, hoy sentimos que nos pusieron una barrera para decirnos que no quieren que veamos a la gente del otro lado de la barrera.

El muro de arena fue colocado como continuación del alambrado, que en condiciones normales del Río de la Plata, deja una franja de arena para que se pueda transitar libremente la costa.

En los hechos, lisa y llanamente, se robaron la costa.

No es la primera vez.

Hay una larga lista de irregularidades que, si las hace usted, no tenga dudas se come un procesamiento con prisión por varios años, pero ellos gozan de la impunidad y la inmunidad que les da el poder del dinero y sus amigos en el gobierno y la justicia.

La frase “¿Yo?, argentino”, no es aquí una frase más.

-Cuando hacían la cancha de golf, cortaron el arroyo para usar el agua en sus recientemente construidos lagos artificiales.

-Luego construyeron un muro, a pocos centímetros del acceso al puente Castells, que disimularon con cañas pero que constituye un verdadero peligro para los automovilistas. Ni la justicia logró que lo sacaran.

-Impulsan la “ruta turística” en ese tramo para evitar que pase la menor cantidad de gente posible.

-Se llevaron el casino del Estado de Carmelo, nada menos que el Casino del Estado, para un edificio en medio del campo por el que cobraban cincuenta mil dólares mensuales de alquiler, y que pagábamos todos los uruguayos, durante la presidencia de Jorge Batlle.

-En medio de la mayor corrida bancaria y fuga de divisas del país, ellos movían cien millones de dólares entre empresas fantasmas alrededor de esos emprendimientos. Paradójicamente entonces, no se movía una pelotita de golf.

-Un día, decidieron que había personal que ganaba demasiado y simplemente los echaron a todos y tomaron personal nuevo que trabajó por la mitad del sueldo.

-Otro día, amenazaron de muerte a uno de los trabajadores y todo quedó como si nada.

-Todo el mundo sabe, aunque lo nieguen en voz alta, que allí eluden controles de frontera, que traen lo que quieren desde la vecina orilla y que “para no correr el turismo” autoridades y carmelitanos hacen la vista gorda. Intente pasar una feta de mortadela por el puerto y después me cuenta eso de la igualdad.

Mientras tanto, en el balneario todos conocen lo que ocurre, pero son pocos los que se animan a abrir la boca, a contar las cosas que ven a diario, unos por no meterse, otros por indiferencia, otros porque tienen hijos o familiares que salen a diario a la ruta para ir a trabajar o a estudiar.

Pero la historia y los hechos están allí nomas, a pocos kilómetros de Carmelo donde se levantan muros, unos visibles y otros aparentemente invisibles, pero totalmente apreciables para quienes tengan ganas de verlos.

Tuve un déjà vu

dejavuPor Gabriel Monteagudo

Tener un déjà vu es tener la sensación de que algo que estás viviendo en este momento y que parece un hecho novedoso, es algo que ya viviste tiempo atrás.

Lo que ocurre en este caso con el combustible y la intendencia de Colonia es parte de ese hecho noticioso que parece nuevo pero que en esta comuna coloniense, es tan común como el agujero del mate para los uruguayos.

Esta semana, exactamente el 25 de noviembre de 2015 se conoció públicamente la detención de siete funcionarios municipales y otros tanto que fueron a declarar al juzgado de rosario pro un presunto hurto de combustible.

Exactamente el 25 de noviembre de 2005, el entonces recién entrante intendente Dr. Walter Zimmer comparece ante la Junta Departamental de Colonia porque había denunciado luego de ingresar, que constató la existencia de un mercado de combustible dentro de la intendencia de Colonia, donde se sabía que había comercialización de gasoil entre 7 y 9 pesos el litro, exceso de gasto de lubricantes, de valvulina y líquidos de frenos

¿Casualidad? Pareciera que no. Quién dejaba en ese momento la intendencia luego de diez años de gobierno era Carlos Moreira y Walter Zimmer comenzó por lo que parece uno de los talones de Aquiles de la intendencia, y es la fuga indiscriminada de combustible.

Ahora, la gestión de Moreira comienza por el mismo lugar por el que Zimmer comenzó investigando su gestión entonces. Más que casualidad parece que Moreira fue anotando y ahora, ítem por ítem, está recorriendo el mismo camino de vendeta política que le aplicó diez años atrás el barbado intendente.

En noviembre de 2005, Zimmer concurrió a la Junta para explicar como detectó que un funcionario municipal era responsable del hurto de combustible “Por supuesto que comprometimos que esta gestión, nuestra administración, iba a poner entre otros puntos, hincapié sobre el combate a la corrupción” dijo Zimmer a los ediles, “esta situación llevó a tomar mecanismos de control tales que, en un momento determinado, se pudo tomar un funcionario municipal y el comprador del combustible, por lo cual ambos han sido procesados y por supuesto que el funcionario infiel -que consideramos que son una minoría, porque la mayoría de los funcionarios municipales son excelentes funcionarios- que pertenece a esa minoría que está haciendo un daño terrible. Este funcionario seguirá el trámite administrativo correspondiente a los efectos de que esta Corporación, cuando se le envíe el mensaje, tome la decisión”.

Qué dijo Moreira este miércoles a EL ECO: “se trata de algo que sucedía en la administración anterior y vamos a sumariar y separar del cargo a los funcionarios porque entendemos que hay elementos suficientes”.

Similitud de discurso y similitud de procedimientos sobre un mismo tema, al que dedican sus primeros meses de gestión.

Indudablemente que es algo que hay que hacer porque la administración municipal debe perseguir la corrupción dentro de la intendencia. Sin embargo, cuando se producen este tipo de casos, siempre es porque alguien, en un cargo más arriba, no hizo lo que debía hacer o tuvo una actitud muy laxa ante los mecanismos de contralor de los que era responsable. Esos, son los que no caen, los que siempre están y los que siempre permanecen gobierno tras gobierno.

Decía Zimmer ante los ediles el 25 de noviembre de 2005. “nosotros tenemos la sana intención de no andar persiguiendo ladrones de combustible y de lubricantes, sino que queremos que no haya ya este tipo de situación. Es decir: prevenir es ta acción delictiva y hacerlo con mecanismos persuasivos y de contralor, que es el mejor mecanismo que existe, porque de no tomar esas medidas, vamos a estar siempre corriendo atrás del que roba y siempre van a seguir robando”.

Obviamente Zimmer hablaba de lo que había sido la gestión dejada por Carlos Moreira. “En la progresión que nosotros estamos en este momento, aproximadamente tenemos un 10 % de ahorro de combustible en la proporción que tenemos, que tendría que ser más todavía, pero evidentemente en base a que hay sustracciones, hay robos, no logramos llegar a las cifras correctas, pero se han ahorrado con mecanismos de contralor unos cuántos miles de litros de combustible, que significa una cifra importantísimo en pesos”.

En conclusión: cuando Zimmer tomó el gobierno después de 10 años que le dejó Moreira, lo primero que hizo fue denunciar el hurto de combustible y la falta de controles del gobierno anterior. Ahora, cuando asume Carlos Moreira, lo primero que hace es denunciar el hurto de combustible y la falta de controles del gobierno de 10 años que le dejó Zimmer.

Todo parece indicar que las situaciones, incluso calcadas en el día y mes ocurridas con diez años de diferencia, no parecen ser pura casualidad y en ante esto, la cuestión fundamental no es que se hagan un pase de factura calcado con diez años de diferencia, sino que se efectivicen controles para que estas situaciones no sigan ocurriendo a lo largo de sus respectivos períodos.

Zimmer compró una camioneta de 130 mil dólares que solo pagó $ 1.846 de impuestos

La intendencia de Colonia pagó la irrisoria suma de mil ochocientos cuarenta y seis pesos por la importación de la camioneta Toyota, que luego utilzaría el ex intendente Walter Zimmer. A la comuna, la camioneta le costó 54.890 dólares.

Sin embargo, si un ciudadano común y corriente quiere tener una camioneta similar, deberá ir a la concesionaria con un fajo de billetes un poco más grande, ya que para pagar los gravámenes aduaneros, deberá gastar un ciento diez por ciento (110%) más del valor real del vehículo.

Comience en 54.890 dólares y saque la cuenta cuanto le costaría a usted la camioneta que maneja Walter Zimmer.

Así pudo conocer EL ECO esta semana, luego de constatar el valor de mercado de una camioneta similar a la que era propiedad de la intendencia, y que Walter Zimmer terminó reallizando una extraña triangulación con otra persona para comprarla por 63.900 dólares.

Según la página http://www.autoblog.com.uy/ publicada en noviembre de 2013, que apareció anunciando el lanzamiento en Uruguay de la Toyota Land Cruiser Prado 4.0 V6 VX 4WD A/T modelo 2014, el valor de mercado esa camioneta era de U$S 129.900.

Incluso el blog, señala su precio como un elemento en contra “El precio deja al Land Cruiser en el territorio de las marcas premium alemanas. Aunque tiene todos los elementos para darles pelea, no es lo mismo una marca generalista que una premium, a la hora de desembolsar casi U$S 130.000” señala este blog especializado.

En noviembre de 1991 -pleno gobierno de Luis Alberto Lacalle- se aprobó la Ley Nº 16.226 que era la Rendición de Cuentas y Balance de Ejecución Prespuestal de su primer año de gobierno.

En esa ley, en el Artículo 463 y en solo tres renglones, quedó establecido como importarían los vehículos y maquinarias los organismos del Estado “Declárase que el Estado, los organismos comprendidos en el artículo 220 de la Constitución y los Gobiernos Departamentales, gozan de inmunidad impositiva, tanto nacional como departamental, por sus bienes y actividades no comerciales ni industriales”.

Inmunidad impositiva, dice la ley. Eso significa, entre otras cosas, la exoneración de un 22% de IVA más un 10 adicional impuesto para desestimular la importación, más un 34% de Imesi, más Irae, etc. etc. los que terminan sumando un 110 por ciento de gravámens sobre el valor de la importación.

Por eso, en este caso, una camioneta que le costó 54.890 dólares a la intendencia, le cuesta 130.000 dólares a un particular, cuando va a la concesionaria.

El Documento

De acuerdo a la lectura del expediente que hicimos en EL ECO, el cual fue enviado por la intendencia a los ediles que llevaron este tema a la justicia, figura el DUA (Documento Unico Aduanero) que permite establecer los impuestos y/o exoneraciones que tiene un producto de importación (Ver documento en esta misma página).

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Allí se establece el Número de Documento: 001-2013-210669 y señala que el valor adicional en gravámenes pagados por el importador de la camioneta es de mil ochocientos cuarenta y seis pesos.

El secreto de porque solo una.

La gran pregunta que nos hacíamos por estos días, era porqué solo la importadora Ayax S.A, se había presentado al llamado a licitación realizado por la intendencia.

En apariencia, la intendencia realizó todo en forma correcta y siguiendo los procedimientos. Como forma de asegurarse de que se enterara la mayor cantidad de vendedores posibles de que la intendencia quería comprar una camioneta 4×4 y las características que debía tener, envió el llamado de licitación a todas las empresas conocidas en el rubro automotor.

Así, el expediente muestra que se envió la licitación por fax a las empresas más conocidas. Además de Ayax S.A, obviamente, se enviaron faxes a Motor Haus, Omar Kleist, La Radial Automotores, Bor S.A, Honda Uruguay, Zenex Kia Motors, Hyundai Fidocar S.A, Videsol S.A, Julio Cesar Lestido S.A, Santa Rosa Automotores S.A, Autolider Uruguay S.A y Multimotor S.A. Además de publicarse el llamado en la web de la intendencia, en www.comprasestatales.gub.uy y otras publicaciones especializadas en venta de autos.

Entonces ¿porqué solo Ayax S.A se presentó a la licitación?.

Todo parece indicar que el secreto está en el pliego mismo de la licitación. Allí, parece quedar claro que el intendente no quería comprar cualquier camioneta 4×4, salvo “esa” que finalmente compró. Por lo tanto, no le interesaban otras ofertas, y en esta línea, había que redactar un llamado a licitación, que solo pudiera servir para que se presentara la concesionaria o importadora de vehículos que tenía “esa” camioneta que quería el intendente. La empresa que reunía las condiciones de importación para “esa” camioneta, se llamaba Ayax S.A, y la marca de “esa” camioneta debía ser la Toyota modelo Land Cruiser Prado.

El secreto aparece en el punto 3 del llamado a Licitación que se titula “Características que deben poseer los vehículos que se licitan”. Allí se señalan las características normales de muchas camionetas de alta gama, como por ejemplo que sea a nafta, que tenga una gran cilindrada, especificamente 3.100 c.c, una potencia mínima de 240 HP, trasmisión automática, cinco velocidades, freno ABS. En fin, hasta ahí había muchas camionetas en plaza con esas características.

Ahora viene el gran detalle que aparece en el sexto item de características que debe poseer la camioneta que, teóricamente, necesitaba la intendencia, y, la cual según el pliego, debía tener una “tercera fila de asientos con control eléctrico de plegado”.

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Para que otra cosa, que no fuera satisfacer un antojo del intendente Walter Zimmer, la intendencia de Colonia iba a necesitar una camioneta que sería de uso exclusivo del intendente. De otra forma no se explica incorporar como exigencia una característica que solo “esa” camioneta Toyota Land Cruiser, cumplía, y que era tener una “tercera fila de asientos con control eléctrico de plegado”.

¿Porqué exigir en la licitación una característica tan exclusiva?. Según varios vendedores que consultamos, resulta evidente que la única camioneta con esa característica en ese momento en plaza era la Toyota Land Cruiser y que, con ello, se aseguraban que sólo la empresa Ayax S.A podría presentarse a la licitación (ver documento de la licitación).

Ahora, habrá que ver que dice la justicia sobre estos aspectos, donde un intendente, compra para la intendencia una camioneta libre de impuestos,  y luego la termina comprando por mucho menos, casi la mitad del valor que tiene esa camioneta en el mercado para un ciudadano común y corriente.

La historia de la camioneta municipal

Por Gabriel Monteagudo

Socialistas de Colonia llevan negocio de Zimmer a la Justicia

A nombre de la intendencia, el ex intendente Walter Zimmer cambió tres veces la camioneta con la que se movilizó entre 2011 y 2014. La última que le dejó a Carlos Moreira apenas tenía unos pocos kilómetros. Veinte días después de dejar el mando, compró la segunda camioneta en poco más de sesenta y tres mil dólares. Un mes después del negocio, el dinero no había entrado a la intendencia, y, aunque teóricamente habría entrado en Ayax, Zimmer no podía comprar un bien municipal sino que el mismo se debió rematar y con el producido sí, comprar la tercera camioneta.

En los hechos, Zimmer debió rematar la unidad, no venderla y menos comprarla él mismo pocos día después de dejar el sillón municipal. Los ediles del Partido Socialista de Colonia José Luis Pittamiglio, Michel Skafar y Juan Manuel Arenas presentaron en la tarde del viernes 3 una denuncia penal en el Juzgado de Colonia para que la Justicia investigue la compra por parte del ex intendente Walter Zimmer de una de las tres camionetas 4 x 4 que la intendencia terminó comprando en su segunda gestión. De ellas solo una está hoy en poder de la intendencia.
EL ECO accedió en forma exclusiva a la denuncia que los ediles presentaban a las 17 horas de ayer viernes ante el juzgado, y allí se relata la historia de las famosas camionetas de Zimmer.

La historia

El escrito señala que para movilizarse, el entonces intendente Walter Zimmer decidió que un auto no le era suficiente, así que decidió comprar una camioneta 4×4.

En el año 2011 la intendencia de Colonia procedió a la realización de una Licitación Abreviada /03/2011) a efectos de adquirir una “camioneta todo terreno 4×4 y tracción en las cuatro ruedas” estableciendo los respectivos pliegos de condiciones generales y particulares para la mencionada contratación.

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En ese momento, el contador delegado del Tribunal de Cuentas Cr. Jorge Ingold le informó al intendente que no había rubros prespuestales (dinero) destinado para una operación de ese tipo, pese a lo cual Zimmer, que nunca fue muy apegado a las cuestiones de un correcto manejo administrativo, decidió seguir adelante con su compra.
En febrero de 2012 Zimmer decide entonces adjudicar la compra a un único oferente, la empresa Ayax S.A, por un monto total de U$S 54.900 quién además se obliga, en virtud del parámetro del pliego, al recambio automático, sin costo adicional, por otra unidad de las mismas características al cumplirse tres años de uso o 100.000 km.
Ni empresas como Fiat, Chevrolet, ni Peugeot, ni Ford se presentaron a la licitación, solo se presentaron los representantes de Toyota.

Fue así que Zimmer se hizo con una camioneta Toyota modelo Land Cruiser Prado VX V6.
Zimmer utiliza desde entonces esta camioneta y un año después, el 15 de mayo de 2013, la empresa Ayax S.A le envía una carta informado que estaba dispuesta a realizar el recambio de la camioneta por una unidad 0km tal como se había acordado «no habían transcurrido 3 años desde la adquisición y no se acredita en ningún lugar que la camioneta hubiera llegado a recorrerlos 100.000 km que establecían los pliegos para el recambio.

Con apenas dos años de uso, el 21 de junio de ese año, el intendente Walter Zimmer resuelve aceptar la propuesta formulada por la empresa a efectos de proceder al recambio de la unidad adquirida en 2011, lo que efectivamente se concretó.
Es decir que a mediados de 2013, la intendencia volvía a tener una camioneta cero kilómetro y allí terminaba entonces el acuerdo con Ayax S.A, es decir, que a partir de que esa segunda camioneta se desgastara por el uso o se decidiera cambiar, la intendencia debería llamar a licitación nuevamente para la compra de otra unidad.

No fue así

No fue así, y aquí empiezan a sumarse una serie de hechos que hacen que los ediles pidan una investigación de la Justicia. “Todo esto nos resulta muy raro y lo correcto que, ante la duda, sea la justicia la que investigue. Nosotros como ediles tenemos la obligación de denunciar cuando se presentan este tipo de hechos”, señaló a EL ECO el edil José Luis Pittamiglio, uno de los tres denunciantes..
Es bueno anotar, que toda esta documentación fue aportada como respuesta a un pedido de informes que realizó la bancada del Frente Amplio y que respondió el actual intendente Carlos Moreira. Es mas, en los detalles, uno de los abogados que están aún auditando contratados por Moreira, recomiendan al actual intendente realizar una investigación administrativa.
Ante esto, los ediles decidieron dar un paso más y tras estudiar el material enviado por el actual intendente, entendieron, como lo especifican en su presentación a la justicia, “denunciar hechos con presunta apariencia delictiva”.

La historia

El 18 de noviembre de 2014, a pocos meses de dejar la intendencia, en forma sorpresiva, la empresa Ayax S.A envía una nueva carta a la intendencia, informando que estaba dispuesta a realizar un nuevo recambio de la camioneta adquirida por la intendencia en 2013 por una nueva unidad 0 km.
Según explican los ediles en su denuncia “esta circunstancia nunca fue prevista en la licitación inicial y sin procederse a realizar una nueva (o por lo menos no surge acreditado de las actuaciones que tenemos a nuestro alcance) ni someterse a los procesos que el Tocaf establece para la realización de cualquier gasto o contratación, el intendente Walter Zimmer resolvió aceptar la propuesta de la empresa y proceder a un nuevo recambio”.
Cual fue el origen de la iniciativa de Ayax y porque Zimmer decidió cambiar una camioneta que tenía poco mas de un año, es una pregunta que deberá investigar la justicia.

Cosas extrañas

Pero ocurrieron cosas más extrañas en este tercer recambio no acordado comercialmente.

Más adelante, el ex intendente de Colonia conjuntamente con el ex secretario general Pablo Manitto, extendieron una carta-poder en la que autorizan a dos personas que no son funcionarios municipales de iniciales M.A.F.J. y/o RN.P.R. a “empadronar, asegurar, enajenar, solicitar duplicado de libreta, realizar transferencia de titularidad, recibir el precio, otorgar recibo” sobre la camioneta adquirida por la permuta del año 2013 que en realizada debió haberse entregada a Ayax S.A en virtud de la adquisición de la nueva camioneta modelo 2015.

Si bien esta camioneta era de la intendencia, estaba empadronada con la matrícula LIM 1919, no se entiende por qué el Poder Ejecutivo municipal Zimmer – Manitto, le hacen un poder a dos particulares, que no son funcionarios de la comuna, para que dispongan a piacere de un bien municipal que meses mas tarde, le terminarán vendiendo al propio Zimmer.

Las firmas de las mencionadas carta-poder a nombre de ajenos a la intendencia, fueron certificadas por la escribana municipal el 28 de mayo de 2015, días después de las elecciones departamentales y 45 días antes de la asunción de Moreira.

Con fecha 16 de junio de 2015 se desafecta la matrícula LIM 1919 y se matricula el vehículo con la chapa LAC 3381, a nombre de la Intendencia de Colonia.

Pero hay más: el 29 de julio de 2015, 20 días después de haber dejado el poder municipal, Walter Zimmer compra a dos particulares -a los que el propio Zimmer dio el poder de manejar un bien municipal como era la camioneta Toyota Cruiser LMI 1919 – compra decimos, esa misma camioneta que la intendencia había adquirido en 2013 a través de la permuta prevista en la licitación abreviada efectuada en 2011.

El precio de esa compraventa (ver documentos en EL ECO) se estableció en U$S 63.900.

El día 3 de agosto de 2015 se transfiere el vehículo a nombre de Walter Zimmer.

Sin embargo, según el informe del Cr. Jorge Ingold del 21 de agosto de 2015 ese dinero nunca ingresó a la Intendencia además de afirmar que Zimmer no estaba habilitado a realizar negocios con la intendencia de Colonia según lo dispuesto por el numeral 4 del artículo 487 de la Ley 15903.

También el Tocaf le prohíbe al intendente realizar un negocio después de dejar el cargo con bienes que él administró y negocios que él hizo mientras era intendente.

Hoy la camioneta que era LIM 1919 luce la matrícula LAC 3381.

Preguntas

¿Por qué solo Ayax se presentó a un llamado a licitación?

¿Por qué Ayax le ofrece un tercer cambio que estaba por fuera del acuerdo firmado en la licitación de 2011?

¿Por qué se enajena la segunda camioneta a nombre de terceras personas que no pertenecen a la intendencia sin establecer si son o no responsables de Ayax?

Conclusiones

El contador Jorge Ingold, en nombre del Departamento de Hacienda de la Intendencia arribó a varias conclusiones administrativas.

1) Faltó imputar el gasto por la adquisición de la Unidad Toyota Land Cruiser Prado VX U6.

2) Deuda que se canceló con la baja de la Unidad modelo 2013, que no se contabilizó.

3) E día 16 de junio de 2015 se realizó el cambio de matrícula, otorgándose la chapa LAC 3381 Acto en el que no se realizó la transferencia a nombre de Ayax S.A

4) No hubo ingresos, como ya dijimos, a la intendencia por U$S 63.900 (sesenta y tres mil novecientos dólares americanos), lo que se justifica ya que no hubo ningún pago en efectivo por la unidad 2015; el pago fue con la unidad modelo 2013 que originó el contrato de compraventa automotor.

  1. El Sr. Walter Zimmer no estaba habilitado a contratar con la intendencia de colonia según lo dispuesto en el numeral 4 del Art. 487 de la ley 15.903.

Año 2001. Una columna de recuerdos.

Esta columna la escribí en los días siguientes a la indagatoria que me hizo el juez Carlos Colmenero por la denuncia de Cantón, el 10 de agosto de 2001. Hace 15 días la policía, que no tenía detalles de la denuncia porque Cantón la hizo directamente en sede judicial, encontró a unos marineros de la prefectura uruguaya de Carmelo que se confesaron autores del robo a Cantón. Los encontraron de casualidad investigando otro delito que nada tenía que ver con el asunto. Hoy estoy esperando que el juez, con el que como verás líneas más abajo estamos enfrentados, se decida a archivar la denuncia de Cantón en mi contra.

Del manejo del poder y la justicia.

La connivencia del juez y el empresario para callar un periodista.

Maleantes de poca monta, ladrones, rapiñeros con frondoso prontuario policial son indagados en estos días por el juez carmelitano Carlos Colmeneros buscando frenéticamente un indicio que revele un vínculo imposible: vincular mi nombre con el robo de información que sufrió el empresario argentino Eduardo Cantón en la primera mitad del año.

A dos meses de la indagatoria, un juez cuestionado periodísticamente y un empresario sospechado de lavado de dinero con el que almorzó luego de la denuncia, forman una combinación explosiva en la que la libertad de expresión, el derecho de informar con independencia y el silenciamiento de quienes se opongan a sus intereses aparecen más amenazados que este periodista.

Cómo si fuera poco, en un reportaje a un cable de Nueva Palmira, el empresario Eduardo Pacha Cantón aseguró sin tapujos en estos días que este escriba del interior era quién había enviado gente a robarle documentos para que la diputada argentina Elisa Carió lo vincule en su denuncia por lavado de dinero. Un verdadero disparate.

La arremetida judicial deja al descubierto una modalidad nueva en el interior del país pero conocida ya por otros colegas en el mundo: los sospechosos de ilícitos que recurren a la justicia para, revirtiendo la carga de la prueba, lanzar acusaciones falsas contra periodistas “molestos” para impedir que trabajen e informen con libertad. Y la permeabilidad de la justicia cuando estos periodistas también critican el accionar de los jueces que la administran.

La historia de Cantón parece redonda: un periodista no complaciente contrata varios malvivientes para que roben documentos del hipervigilado Club de Campo El Faro, en los primeros meses de este año. Los documentos supuestamente comprometedores son enviados a la diputada argentina que en agosto denuncia a Cantón y a sus socios árabes como integrantes del circuito que en esta parte del cono sur permitió al grupo Pharaón lavar varios millones de dólares.

Así contada podría ser una buena historia salvo porque faltan algunos detalles: este periodista nunca supo que Cantón había sido víctima de un robo, nunca tuvo ningún contacto con quienes pergreñaron el supuesto robo y por si fuera poco, no tengo ni tuve ningún contacto con la diputada argentina Elisa Carrió.

La única aproximación que viví con esta historia es la visita de un misterioso personaje que me contactó en varias oportunidades los primeros días de junio ofreciéndome “información de Cantón” que finalmente no acepté por considerar sospechoso al personaje.

En los primeros días de agosto, Cantón hizo una denuncia en el juzgado local acusandome de supuesta coautoría del hurto de información. Su testigo es, casualmente, el misterioso informante que me contactó y que grabó con micrófonos ocultos y sofisticada tecnología fuera de su alcance, parte de los diálogos mantenidos.

Cualquier juez hubiera comprendido inmediatamente que la denuncia no era más que una cortina de humo, una estrategia armada “para la gilada” ante la difusión del informe Carrió “Pacha Cantón y Ghaith Pharaón lavan dinero en Carmelo – Uruguay” dijo la diputada frente a los canales de televisión cuando leyó el informe elaborado en base a la información proporcionada por el senado norteamericano y después de dos años de trabajo (Azul Televisión transmitió en directo esta parte del discurso de la Carrió)

Por esta denuncia de Cantón el juez me interrogó durante dos horas el pasado 10 de agosto y desde entonces me mantiene en calidad de indagado.

Tal como lo hizo Dionisio, el tirano de Siracusa, cuando colgó una espada sobre la cabeza de Damocles pendiendo de una fina crin, Cantón y el juez sostienen una acusación falsa que oficia de espada de Damocles sobre la cabeza del periodista para mostrarle el peligro permanente que se yergue sobre su trabajo informativo.

El contexto de la historia.

Cantón está, desde hace varios años, muy enojado con este periodista. Como corresponsal de La República y periodista de El Eco de Carmelo, fui uno de los primeros que por estos lares comenzó a transitar el camino del periodismo independiente, en dos medios, uno local y otro nacional, que hicieron culto de esta forma de periodismo, en un país en el que la prensa siempre estuvo y está sometida a los poderes políticos de turno. Mientras el resto de las empresas locales (periódicos atados a la publicidad de la intendencia, radios sometidas siempre a la versión oficial del gobierno y canales de cable otorgados por Lacalle durante la década del 90) se mostraban deslumbrados con el carisma del inversor, me preguntaba como sobrevivía un country pensado para construir 300 casas en las que en 9 años sólo se levantaban 30, reproducía las sospechas que sobre el empresario publicaban los medios argentinos y mostraba al público local, en los que aparecía como un “simpático empresario” las sospechas que se erguían sobre los socios árabes que trajo para construir el hotel cinco estrellas Madison Rsort & Spa.

Preguntar públicamente como sobrevivían estos emprendimientos me acarreó la ira del empresario que nunca optó por concederme una nota para rebatir la información publicada.

La obsecuencia informativa local dio finalmente sus frutos: hoy todos los medios de Carmelo y Nueva Palmira, excepto claro está en los que trabaja este periodista, lucen enormes avisos tanto del Club de Campo el Faro como del Club de Golf, avisos que no se justifican por el hecho de su utilidad para captar clientes locales que nunca podrían invertir aquí pero que sirven claramente para evitar preguntas molestas al empresario.

“Las grandes obras las sueñas los locos visionarios, las ejecutan los luchadores natos, las aprovechan los felices cuerdos y las critican los inútiles crónicos” lucen sendos avisos de media página en los medios locales.

La obsesión del juez.

Dicen fuentes que conocen bien el tema que el juez Colmeneros “tiene una obsesión” con este periodista que “lo tiene harto” cuestionando su actuación como magistrado. Pese a que sabe que no va a conseguir una prueba en algo que no ocurrió, dicen estas mismas fuentes que el juez “está juntando datos” para llevar adelante un procesamiento.

Ambos proclives a recorrer los lugares nocturnos de moda, la misma noche del 10 de agosto en que Colmeneros me interrogó, el juez Colmeneros y el empresario Cantón coincidieron en un pub de la noche carmelitana. Días después almorzaron juntos en El Faro, en una reunión íntima entre el denunciante y el juez que debe administrar justicia en la causa en la que aparezco como indagado.

Colmeneros, se enojó con este periodista al difundir su pretención de soltar a los 20 días al hijo de un poderoso caudillo político blanco autor de una estafa en el Casino local. En varios casos he criticado la actuación del juez y fui presionado por él en el juzgado para revelar una fuente en un caso que antes de publicar había puesto en conocimiento del juzgado.

Sus declaraciones a la prensa motivaron en setiembre un mini escándalo en la embajada norteamericana cuando Colmeneros aseguró en la emisora local que él junto a personal de esta embajada investigaba en Uruguay una red de contrabando en Colonia. Cuando las declaraciones del juez fueron difundidas por LA REPUBLICA el magistrado recibió un llamado desde la embajada y tuvo que salir al otro día a aclarar a la radio local que en realidad vinieron “a consultarlo” por la circulación ilegal de cigarrillos Marlboro.

Con la ductilidad de un equilibrista, Colmeneros cambió de un día para otro su rimbombante declaración a la radio local, ante la trascendencia nacional de sus declaraciones, reproducidas en forma textual por LA REPUBLICA.

¿Cómo seguir haciendo periodismo libre de ataduras ante un panorama semejante?, ¿Cómo evitar los procesos internos de autocensura en la cobertura informativa?, ¿cómo lograr la información que cada día el poder de turno le quiere escamotear al público si la justicia se convierte en aliado de quienes debería investigar y pone bajo la lupa a los periodistas?.

Mi hijo de 10 años me preguntaba desde su inocencia porqué estaba tan precupado “si los malos son los otros papá”.

Ayer, por primera vez, no supe que contestarle.

La oportunidad de Moreira

MoreiraAsuncionAl contrario de lo que su partido estuvo pregonando en la campaña electoral a nivel nacional, por estas horas, el intendente de Colonia debe estar lamentando no tener mayorías propias en la Junta Departamental que le permitan llevar adelante con soltura su propio proyecto de gobierno. Desde la Junta se asegura que los votos zimmeristas son factor de negociación para que Moreira no profundice mucho en la gestión del ex intendente.

Por un lado, el Frente Amplio lo llama a Sala y le pide que detecte responsabilidades en el déficit de 25 millones de dólares encontrados por la auditoría y pase las irregularidades a la justicia. La izquierda coloniense quiere ver documentos sobre lo ocurrido en Cooperación Internacional, quiere ver las últimas compras del ex intendente Walter Zimmer,  y quiere ver que es eso del cambio de camioneta que se conoció por EL ECO.

Moreira tiene claro que, con los datos exiguos surgidos en la conferencia de prensa sobre el grueso de los números municipales, el Frente Amplio no le votará el crédito de quince millones de dólares a pagar más allá de su período de gobierno. Por lo tanto deberá conformarse con mucho menos, que es lo que puede obtener y pagar en sus cinco años de gobierno.

Por otro lado, Moreira tampoco cuenta con votos propios,  y necesitará que los cinco ediles de Zimmer en la Junta departamental levanten la mano. Es cierto que el Espacio 19 es un grupo político en extinción,  y que Moreira tuvo la habilidad de arreglar con cada una de las cabezas de las cinco listas que iban con el Espacio 19, dejando o colocando jerarcas directos de esos dirigentes en su gobierno.

Sin embargo, la influencia de Walter Zimmer en la interna nacionalista aún no se esfumó completamente, y Moreira podría ver comprometidos esos votos, que además necesita para votar el presupuesto quinquenal, es decir el documento donde definirá las obras y políticas, que señalarán su gestión.

Pero además, el devenir de los sucesos le cuelga aún más dudas sobre su gestión que prometió “de transparencia y corrección administrativa” en la asunción del 10 de julio.

En Tránsito, los trabajadores cuestionan que les quitaron las horas extras que componían gran parte de su ingreso, se sostiene que en esa repartición hay demasiados caciques, está el Director actual, el Asesor que venía del periodo anterior Walter Lorenzi que continúa en eses cargo,  y ahora se suma el Ing. Lucas Facello a quién se le adjudica un salario bastante superior a los cien mil pesos.

Fuentes de esta repartición,  nos dicen que se ordenó no utilizar más el radar, y que en la noche de la Nostalgia hubo una orden verbal de hacer inspecciones entre las seis de la tarde del 24 y la una de mañana del 25, noticia que seguramente de confirmarse pondría los pelos de punta al Director de la Unasev Gerardo Barrios porque señala que, al menos en Colonia,  no hubo espirometrías hechas en el horario de mayor peligrosidad en el uso de alcohol a la hora de conducir. La escasa presencia de inspectores en lugares y horas conflictivas pudo apreciarse notoriamente en los últimos meses.

Las órdenes verbales, que los funcionarios reciben pero no quedan documentadas, fue un clásico durante las anteriores gestiones de Moreira y ya empezamos a recibir datos que comenzaron a utilizarse nuevamente.

Ordenes verbales, sistemas de gestión obsoletos, laxitud en los controles y conductas erráticas,  como la utilización del dinero del gobierno nacional del municipio de Carmelo para destinos que no son la realización de obras, son signos preocupantes para una administración que recién empieza.

Por ello, la interpelación del miércoles puede ser una buena oportunidad para el intendente Carlos Moreira, quién la puede aprovechar para dejar un mojón en el legislativo departamental, sobre cual será el rumbo que tendrá su gestión en los próximos cinco años, remarcando aquello sobre lo que hizo énfasis en el discurso de asunción: transparencia administrativa, austeridad y aceptación del contralor por parte de la Junta Departamental.

Sin mayorías propias, ser consecuente con lo prometido, puede ser el único camino posible.

Intendencia de Colonia: distopía y palingenesia

Entre este Moreira y aquel

Gabriel Monteagudo

Moreira_ZimmerWorpressCuando Moreira asumió la intendencia de Colonia por primera vez en 1995, recibió cuatro millones de dólares en la caja que le dejó el doctor Mario Gayol, sucesor del trágicamente fallecido Juan Carlos Curbelo.

En ese momento, Moreira anunció que iba a hacer una auditoría para ver “cuál es el estado de salud financiero” de la comuna,  y agregó que con esa auditoría pretende “detectar todos los fenómenos de omisión, de negligencia y muy especialmente la aparición de conductas con apartamiento de la ley. Seremos inflexibles, se trate de quien se trate”, prometió.

Con otras palabras hace unos días desde el Hotel El Mirador, pero con el mismo sentido, estamos ante lo que es la versión 2015 de Carlos Moreira.

Días antes de asumir en 1995, Moreira hizo un acuerdo con el Partido Colorado y por ende los colorados pondrian a Napoleón Gardiol como Director de Turismo, de la misma forma que ahora, ya blanco, Gardiol vuelve a ser importante en el gabinete 2015 de Moreira.

En aquel entonces Moreira hizo un acuerdo programático con los colorados para asegurarse gobernabilidad, igual que antes de la última elección hizo un acuerdo con el colorado Daniel Bianchi para asegurarse la intendencia 2015.

Del acuerdo, quedó excluido el entonces Encuentro Progresista.

Aquel Moreira anunció auditoría al ingresar a la intendencia en 1995 y el nuevo Moreira vuelve a anunciar auditoría veinte años después.

Moreira se afirmó en dos carmelitanos en su gabinete 1995: Gualberto Ercoli que fue su Director de Hacienda y el Prof. Hugo Dupré que fue su Director de Cultura. En su versión 2015, Moreira optó por el carmelitano Guillermo Rodríguez como su hombre fuerte y anunció el posible ingreso del también carmelitano  Miguel Asqueta como el único sobreviviente político del zimmerismo en la estructura municipal.

Igual que lo fue en 1995, su Director de Higiene es el Ing. Luis Garat y también igual que en 1995, en su versión 2015, Moreira no conformó la totalidad del gabinete.

Como nota diferente, surgen los números: Gayol le dejó 4.206.000 dólares en caja, Zimmer un déficit acumulado de 493 millones de pesos. Gayol dejó un 19% de gastos de funcionamiento y un 34% de obras. Zimmer un 61% de los ingresos en pago de salarios y menos de un 30% de obras.

Otros nombres retoman rueda en el paisaje municipal. El Palmirense Néstor Bermúdez asumió el 15 de febrero de 1995 como edil departamental. Hoy asume como Director de Electrotécnia.

En aquel 1995 Moreira anunció que los vecinos de Colonia “se van a aburrir de verme recorriendo el departamento, porque es necesario escuchar con nuestro propios oídos y ver con nuestro propios ojos las necesidades de los vecinos”, dijo en aquel discurso, algo parecido a lo que el pasado viernes dijo al presentar su gabinete en el Hotel El Mirador.

Mirando el archivo de EL ECO de 1995, queda claro que la de Moreira no parece una nueva intendencia,  sino una palingenesia de aquel gobierno, donde los mismos discursos se reeditan para el mismo cargo donde asume este nuevo intendente, que no es más que una versión reencarnada de aquel.

La intendencia de Colonia se reencuentra con caras y discursos que ya pasearon y se escucharon en sus pasillos. Nada nuevo aunque aparenta nuevo. Por eso, se parece mucho al lugar donde los sueños “se fueron gastando bajo la presión distraída y constante de tantos miles de pies inevitables” (fragmento de Bienvenido Bob, de Juan Carlos Onetti).

El olvido del zimmerismo

Si para los blancos de Colonia el intendente Moreira es el sueño hecho realidad,  en el mismo acto, para esos blancos Zimmer pasó a ser la distopía de un gobierno que ya todos olvidaron.

Cansados de dos gobiernos consecutivos de Moreira, los blancos y colorados -ya votando juntos- eligieron la promesa utopista de aquel médico barbado que habló de un gobierno totalmente distinto al que esas mismas huestes habían votado en dos oportunidades.

Diez años después, son esos mismos electores los que le dieron la espalda a Zimmer y el voto nuevamente a aquel que ya había cumplido sus dos mandatos. Los números electorales muestran que son los mismos que pusieron entonces sus esperanzas en este Zimmer que se va hoy, con un bajo nivel de aprobación de gestión y un espacio político prácticamente desaparecido.

Para los ciudadanos de Colonia que lo votaron, Zimmer no fue lo que quisieron que fuera. La Avenida Italia de Carmelo, la Avenida Rodó que no se hará, el asfalto amontonado en las calles como capas geológicas muy por encima del nivel de las veredas en todas las ciudades del departamento, la corrupción dentro de la intendencia, su procesamiento con prisión, los negocios con la patente y los oscuros manejos de Cooperación Internacional forman parte de los pedazos que quedaron de aquel sueño de 2005.

Pero como la desmemoria de los pueblos es una constante histórica, Zimmer probablemente no se fue, sino que está ahí, a la vuelta de la esquina electoral, esperando al igual que lo hizo Moreira, su tiempo de palingenesia y utopía.

* Una distopía o antiutopía es una sociedad ficticia indeseable en sí misma

* * Renacimiento o regeneración de un ser vivo después de la muerte real o aparente.