
G.M
En Carmelo perdimos los sueños. La ciudad se cae a pedazos, mientras la intendencia tiene cuatro millones de dólares guardados en el banco, es decir dinero de los colonienses, de los carmelitanos, y por ende dinero suyo, si, claro, de usted que lee estas líneas. De usted también.
Para los colonienses, salvo los lacazinos, el municipio es blanco, la intendencia es blanca y el gobierno es blanco, pero esa concentración de poder no ha redundado en una mejor ciudad, salvo para la capital departamental.
En este inicio del nuevo año, se produce el inicio también del último tramo de gobierno departamental. Entonces, a la hora de hacer un resumen, se puede decir que la suma de todo el poder político, para la ciudad Carmelo, ha sido nefasta.
Todos los estamentos del gobierno son responsables del desastre en el que se ha convertido la ciudad en este último período.
Moreira ha sido un buen republicano, un hombre inobjetable a la hora de escuchar y establecer conexiones con la gente. Durante muchos años he destacado su virtud de buen gobernante a la hora de escuchar a su pueblo y en parte eso explica por qué ganó cuatro veces el sillón municipal.
No es solo eso pero es una buena parte.
En mi sentir, Carlos Moreira ha sido un excelente intendente para Colonia del Sacramento, y un intendente mediocre para el resto de las ciudades.
Poca cosa
En Carmelo se lo recuerda por haber sacado los adoquines de 19 de Abril quitando desagües subterráneos y bajando la calle que hoy se vuelve río ante el mínimo chaparrón. Y además, haber cubierto con una capa asfáltica los adoquines de calle Uruguay y Zorrilla, obra que en su momento generó aplausos pero que hoy ya debería ser renovada.
Y no mucho más., Podemos destacar la Av. Grito de Asencio en esta su última administración, pero pocas cosas más en materia de obras importantes
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Por eso hoy los carmelitanos vemos que la ciudad se cae a pedazos, las obras de asfaltado que se hacen parecen un mal chiste y el estado de Playa Seré ya merece una distinción en el Guinnes de los Récords a cómo destruir con la mano de la gestión política, una belleza natural como la que tenemos.
Desde la postergada cien veces inauguración de la cancha de Básquet, el fallido skatepark, los paradores que se caen a pedazos y hasta el último episodio de cierre del único parador que estaba funcionando, cerrarlo justo en Navidad.
Son parte de esas cosas que suelen ocurrir un día sí y otro también durante cinco años y que solo se calma cuando falta un mes para la elección y salen todos abrazados en la foto para que no se pierda ningún voto.
Lo que ocurre en Colonia se parece en el día a día, a la gestión en un gobierno de partido único donde el hacer y el deshacer queda siempre en las mismas manos.
Carmelo está feo,
Carmelo está mal “no sé, creo que está en Presidencia” le dijo al cronista de EL ECO nada menos que el número tres del Ministerio de Turismo, Roque Baudean, cuando lo consultamos sobre el expediente con la licitación del ex Hotel Casino Carmelo, último emblema de un tiempo de gloria de la ciudad turística por antonomasia en el oeste del departamento, que esta administración nacional ha convertido en una tapera.
No tengo espalda, le dijo días atrás a EL ECO el responsable de Líneas Delta Leonel Falcón cuando nos explicaba porqué no podía sostener una línea de ómnibus Carmelo-Montevideo para impulsar la línea Carmelo Tigre, aquella que supo tener dos frecuencias diarias y que nos permitía ir a Buenos Aires y volver en el día.
Está claro que la diferencia cambiaria con Argentina hoy es la clave de esta situación.
¿Dónde está el Estado ante esta situación?. Acaso Carmelo no debería impulsar la ayuda necesaria para sostener una conexión de ómnibus diaria a Montevideo, que lleve y traiga gente desde la terminal Tres Cruces hasta nuestra terminal portuaria?, por qué no se puede hacer?
La respuesta es sencilla, y es que ocurre porque a nadie le importa, porque Líneas Delta no tiene dueños blancos -obviamente son argentinos- y entonces nadie va a darle una mano, porque no se puede sacar rédito político de allí.
Así somos en Carmelo. Nada de lo que no sea blanco parece importante, nada de lo que no se pueda juntar un voto al momento de la elección parece tenerse en cuenta.
Ocurre también en otros departamentos, pero vivimos en el departamento de Colonia y Carmelo nos duele.
Después de años penando, se anunció una draga que parece que no draga, que solo barre el fondo del río y la draga que realmente draga estuvo unas horas para la foto y ya no se ve más. Parece broma pero es verdad. Nadie sabe que está haciendo el barco que decían que dragaba pero no draga, solo hace succión del fondo mientras que la draga de verdad, la que tenía que hacer el canal, desapareció del horizonte.
Tenemos letras corpórea, que suerte, no sé si a otra ciudad le demoró más tiempo que a Carmelo pero ahora que están finalmente instaladas ¿se va a impulsar la instalación de una cafetería, un restaurante flotante o un lugar donde se pueda a tomar un café o una cerveza ahí cerca de las letras?, ¿O el proyecto eran las letras nomás?.
Y ya que estamos en el puerto, podríamos hablar de la ampliación con cafetería de la terminal del puerto comercial que primero la anunció Juan Curbelo cuando llegó por primera vez a Carmelo como Presidente de ANP, y luego en su segunda venida Carmelo dijo que la iba a hacer Lopez Mena.
Hasta ahora no la hizo ni uno ni el otro y si es por López Mena, ya sabemos lo que ha hecho para Carmelo: nada. Desde las marinas anunciadas frente al Yacht Club, pasando por el astillero para reparar buques en el Mihanovich, y terminando con esta obra de 200 mil dólares en el puerto comercial, de la cual no se ha visto ni cinco pesos.
Hace algunos años, Carmelo apostó al turismo. Hoy que se acabaron las grandes empresas que sostenía la economía local con las fuentes de trabajo que generaban, -Irurtia, Molino carmelo, Calcar-, el turismo no puede ser una utopía o un concepto para discursos de ocasión.
Tenemos aeropuerto.
Finalmente tenemos un aeropuerto peor que a Carmelo hasta ahora, no le ha redituado en nada. ¿Hay algún apoyo o se está haciendo algún trabajo desde las políticas gubernamentales para que se instale una empresa que haga el cruce vía aérea Carmelo- Buenos Aires?.
Porque si no habrá línea de transporte público, tener el aeropuerto es como tener nada.
¿Quién está trabajando en eso desde el Estado, donde está el plan de desarrollo del aeropuerto con una política que favorezca y desarrolle el turismo de toda la zona y no de cuatro pelotudos con avión privado?
Quimera y Utopía
Sin turistas no hay turismo posible. Si no se elabora un proyecto de desarrollo integral del turismo para Carmelo, si no se apoya desde una política pública la tarea de los que invirtieron en la Ruta del vino para extender la visita de los que llegan atraídos por nuestros vinos, si no se apoya y se trabaja para potenciar la conexión con Argentina vía Tigre, si no se elabora un plan de fomento para que el sector privado invierta en el área turística, y se establecen metas concretas y realizables a mediano y largo plazo en las que nos encolumnados todos, el sueño de Carmelo Turístico será una quimera, una mera ilusión sin sustento.
La Quimera y la Utopía se usan frecuentemente como sinónimos, pero son bastante diferentes. La quimera es una fantasía carente de fundamento, mientras que una utopía es una visión que se puede lograr a través de acciones concretas.
Llegó la hora de que los carmelitanos decidamos, de una buena vez, que sueño vamos a perseguir.
FIN.