El ninguneo y la política del Sí Señor

(escrito en 2012, no ha cambiado nada)

Gabriel Monteagudo

El desprecio casi permanente establecido como política desde el Ejecutivo departamental hacia el resto del sistema político se desparrama sobre el resto de la vida de los colonienses y por supuesto, el ninguneo llegó también  al periodismo.

Se ve con la Junta Departamental. Es permanente el desprecio desde la comuna para con la otra pata del gobierno municipal. Pese a tener 18 ediles de su partido, la política de no informar, no discutir, no argumentar, de no poner voluntad ni materia gris para el tratamiento de los temas en sala, viene erosionando el funcionamiento político, degradando una parte de la institucionalidad democrática que representa el legislativo y denigrando al resto del sistema político departamental.

Zimmer ordena a sus ediles lo que tienen que votar y sus ediles levantan la mano.  Antes, se matan, negocian y discuten en la bancada. Lo hacen en secreto, sin que allí tenga acceso la prensa, entonces después cuando votan en Sala, ninguno expone una argumentación que permita la difusión, el intercambio y el conocimiento de por qué los blancos terminan votando lo que votan. Y como aplican esa política de desprecio hacia el resto que baja como ejemplo desde el Ejecutivo, al que no le gusta que se vaya.

Edgar Collazo, exponiendo y fundamentando sobre la posición del oficialismo en la  controvertida situación de taxis y remises fue la rara excepción, buena por cierto, en esta conducta generalizada de los blancos en el poder en Colonia.

Se ve con las juntas locales a las que llevó a la categoría de “inexistentes” y les puso una especie de mordaza permanente nombrándoles una especie de Emperador que decide todo y no les informa nada.

En lo que refiere al periodismo, a la habitual política de premios y castigos de publicidad o contratos que ya es habitual por parte de los intendentes blancos, se suma en los últimos tiempos un verdadero ninguneo a la profesión. La última conferencia de prensa sobre la patente fue ilustrativa y cuando desde EL ECO le preguntamos cuántos eran los vehículos cero kilómetro empadronados “de afuera” que tenían el beneficio del 50 por ciento de descuento, se negó a contestarnos, le pasó la palabra al Contador José María Aunchaín que, no sólo le ocultó la información al público –algo que en todo el país quieren saber- sino que nos mintió ya que la convocatoria de la junta por el tema vehicular no tiene que ver con los empadronamientos cero kilómetro.

Hay un ninguneo, un desprecio por todo aquello que pueda cuestionar la gestión municipal o que quiera saber “más de la cuenta” sobre temas de interés público.

El periodismo departamental muestra una rara parálisis. Nadie habla públicamente del tema y en las conferencias de prensa la gran ausente es la repregunta.

Además, el desprecio derramado llega a la gente. Muchos blancos nos dicen estar cansados de esta especie de “Condado de Colonia” en donde el Comisario Lobo y su fuerza de choque ordenan, y ante el primer grito todos se callan y responden “Sí Señor”.

Hay como una ola de destrato prepotente que enrarece el clima de tolerancia y el respeto de ideas que debe primar en una sociedad democrática. Hay como una banda de “mandamases” que, como dicen los chicos “creen que se las saben todas” y te sonríen de costado cuando les decís algo que los incomoda.

Lo bueno de la democracia es que a la hora de revalidar los títulos, el pueblo te pasa la factura.

Y allí no hay contador al lado al que darle la palabra para que te salve.

 

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