Se precisan explicaciones

Gabriel Monteagudo. JusticiaSi una persona entra en el juzgado de Carmelo y dice que es el Presidente de Coca Cola, seguro obtiene una resolución judicial diciendo que se prohíbe tomar Pepsi. O la jueza y la fiscal de Carmelo pecaron de credulidad, o aprovecharon la oportunidad para ejercer un interés particular en contra de EL ECO. La otra posibilidad es una manifiesta incompetencia, pero, al igual que con la existencia de una expresa malicia contra el semanario, me resisto a creer que en ese nivel de la administración pública, exista tan magro nivel de capacidad para la función que representan. Prefiero afirmar la hipótesis que tanto la jueza como la fiscal pecaron de credulidad ante un Sr. que llegó un día, y les dijo que era un importante representante de empresas internacionales y que venía a denunciar un delito espantoso que estaba cometiendo EL ECO. Porque resulta que, se supo este jueves, cuando se conoció una solicitada de la empresa de software de diseño, Adobe System Inc.,  el abogado Fernando Couto no representaba a nadie más que a él mismo, y lo que realidad hacía era explotar  la ignorancia sobre los aspectos legales que existe aún en nuestro país en relación al uso del software propietario, para montar un excelente negocio. Como afirmaba el colega Pablo Alfano este viernes en el programa Rompekbzas de El Espectador, decenas de imprentas y pequeños medios del interior pagaron entre 300 y 16.000 dólares a Couto, que aparecía con un equipo de policías, -equipo que debería ser motivo para que el Parlamento pida detalles al Ministerio del Interior- equipo comando que andaba por todo el país recaudando dinero en nombre del Estado y de empresas a las que no representaban. Pero además, existe conocimiento a nivel judicial que este tipo de denuncias que sirvieron para accionar contra EL ECO, nunca son aceptadas por los responsables de los juzgados, y habría jurisprudencia que señala que en realidad no hay un beneficio directo de los medios de comunicación que utilizan estos programas y que por lo tanto, no existe el delito que se le tipifica. Pero no es sólo Couto el que deberá dar ahora explicaciones a la justicia luego del comunicado de la empresa Adobe, donde señala que es mentira que alguien lo represente en Uruguay. También deberá dar explicaciones el Ministerio del interior por ese equipo de policías -Couto también es ex policía- tanto de la Dirección de Investigaciones como de Interpol, que salían al interior a a cosechar dólares, amenazando con allanamientos e incautaciones, así como invocando representaciones apócrifas. Pero también deberán dar explicaciones la jueza María Alexandra Facal y la Fiscal Alicia Ghione, por autorizarle a Couto los allanamientos en EL ECO, dándole ademas, y como si fuera poco, la representación del propio juzgado para hacer esos allanamientos, ya que en los mismos, Couto actuaba como representante del Poder Judicial. Es increíble e inadmisible, que la justicia permita que el denunciante haga los allanamientos, vaya en representación de la Justicia y en representación de empresas que nadie, ni la jueza ni la fiscal, le pidieron que documentara. En el expediente la Asociación Antipiratería, representada por la abogada Magdalena Labella realizó la denuncia contra el Semanario El Eco y allí menciona expresamente a la empresa que hoy deslinda su responsabilidad en la denuncia: “Es de notar que para la realización de dicha actividad es necesario la utilización de diverso software o programas de ordenador, principalmente el creado por las empresas COREL Y ADOBE” (tomado de www.sudestada.com.uy) Esto le dijo la socia de Couto en su escrito a la justicia, la Dra, Magdalena Labella Gaggero, integrante del equipo de abogados del estudio de Couto, con importantes amistades del Partido Nacional en Carmelo, según se puede constatar dándose una vuelta por su facebook personal. Dense una vuelta por su Facebook y luego hagan un par de sumas simples. Labella mintió a la justicia de Carmelo, Couto le mintió a la justicia de Carmelo y en lugar de chequear las credenciales de los denunciantes, la justicia de Carmelo embistió sus acciones contra un medio de prensa, dejándolo a un clic de mouse de no poder cumplir con su función de informar a sus lectores. Un saqueo y atropello ejecutado con saña, con el visto bueno de la justicia de Carmelo. Hace años un amigo le dijo al querido y recordado Nelson Molina a quién todos conocían como el Profesor Nelson, docente de la vida, buscavidas, periodista deportivo, astrónomo radial y vendedor de cinco de oro en la esquina del carmelitano club Peñarol “tu problema es que bajaste de la Onda con una caja de caramelos. Si hubieses llegado con un portafolios en la mano, eras el dueño del pueblo”. La Onda ya cerró, pero todavía algunos siguen abriéndole las puertas a cualquiera que llega con un portafolios.

NdeR: A raíz de la audiencia judicial realizada en el Juzgado de Carmelo el pasado 4 de junio, corresponde aclarar que el Dr. Fernando Couto, cuando decimos que  » recorría el país en nombre del Estado» lo hicimos en el correcto entendido que Couto dirigía los  procedimientos, como efectivamente lo hizo en EL ECO,  con la autorización del Poder Judicial para dirigir el procedimiento, pese a ser el denunciante. La referencia es a la justicia como  uno de los tres poderes del Estado. Si se hizo otra interpretación, pedimos las disculpas del caso.

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