
GM.
Bicentenario no es nada, apenas un adjetivo que pasa desapercibido en la métrica del tiempo. No es más importante que 201 o que 199. No es más importante que 175 o que 150 ni será más importante que 225. Bicentenario no es nada, apenas un parque, un desfile cívico militar como hemos visto cientos en Carmelo y poco más.
No hay nadie en Carmelo hoy que recuerde dos nombres de los integrantes de esa Comisión, más allá de la respetabilidad y honorabilidad de sus temporales integrantes.
Ponerle Bicentenario al segundo puente de Carmelo es un capricho de las fuerzas conservadoras de este pueblo, fuerzas que no quieren que nada cerca de Carmelo tenga nombre con olor a “comunismo” como ellos aún señalan despreciativamente de cualquier persona con ideas progresistas. Se habló de muchos que firmaron porque les dijeron “firmá porque los comunistas le quieren poner Tabaré Vázquez al puente” y así consiguieron muchas firmas.
Desde el punto de vista ideológico, el Comité Patriótico Femenino y La Querencia son instituciones conservadores desde lo ideológico tradicional, y entonces es lógico que cualquier nombre les caiga mejor que el del ex presidente, y es lógico que aparezcan como las instituciones visibles de la iniciativa.
En el fondo, Bicentenario no es más que un nombre con el que pretenden esconder la vergüenza de varias generaciones de políticos blancos y colorados, que hicieron campaña y consiguieron votos en Carmelo prometiendo un puente que era necesario y que nunca hicieron, porque en verdad no les interesó hacerlo. Para ellos el puente de Carmelo no fue más que una promesa de campaña electoral para conseguir los votos con los que acomodarse en el gobierno de turno.
Hasta que llegó la izquierda nacional a Carmelo.
Fue el exministro Víctor Rossi mandatado por el propio Vázquez quién vino a escuchar los planteamientos de esa comisión cuando apenas se estaba formando. Y fue así, que para tirar algo con que “matar” al emisario del expresidente, le tiraron la idea del segundo puente sin siquiera sospechar que Tabaré Vázquez lo impulsa como una promesa de campaña en la carrera por su segundo mandato y que una vez en el gobierno, el ya por segunda vez Presidente Tabaré Vázquez, iba a cumplir su promesa electoral.
Pensaron que podrían emparejar para abajo, que iba a ser igual que con los políticos propios que se habían pasado la vida lucrando políticamente con esa promesa, que no iban a cumplir.
Y el tiro les salió por la culata.
Ahora, con el puente hecho y con lo que es más importante, con la certeza que el único que cumplió la promesa con Carmelo fue aquel “presidente comunista”, se les hace intragable que el puente además tenga el nombre de presidente que cumplió.
Así que le buscaron la vuelta, Carmelo tiene esa particularidad, y como no tienen la dignidad de reconocer lo que todo el mundo sabe y puede ver, inventaron la propuesta de Bicentenario.
Es más, la primera propuesta de nombre para el puente nuevo la realizó la bancada del Frente Amplio en el Municipio de Carmelo. Luego más tarde “apareció” la propuesta de “varias instituciones”, esto es el Comité Patriótico Femenino y La Querencia, proponiendo el nombre de Bicentenario.
Está claro, y ellos lo saben, no seamos ingenuos. Convirtieron un acto de estricta justicia en un intríngulis de politiquería.
El nombre Bicentenario surge solo para que el puente no tenga el nombre de Tabaré Vázquez. Pero no importa, les pasará como a Ptolomeo I cuando se propuso levantar el faro de Alejandría y quiso imponer su nombre sobre el del artista. Entonces Sóstrato, creador del o que fue una de las siete maravillas del mundo antiguo, forzado a obedecer, pero celoso en su amor por el prodigio de su genio, grabó en el mármol duro su nombre y para dejar contento al rey, creó una falsa superficie de arena y cal donde se veía el nombre del monarca.
El tiempo hizo su trabajo y con los años, finalmente, el verdadero nombre del creador del faro de Alejandría surgió en el pétreo mármol, que quedó para la eternidad.
Podrán ponerle Bicentenario, pero para la eternidad, no habrá forma de evitar que los carmelitanos no asociemos nuestro segundo puente al nombre de Tabaré Vázquez.
FIN
Ahora sólo falta que para «El Puente del kilómetro 329», una vez culminada las obras viales sobre la ruta 6 para acceder a él, llegue alguna propuesta para llamarle «Luis Alberto Lacalle de Herrera».
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