
Crónica de la desazón del atracadero vacío.
Si miras la naciente del Arroyo de las Vacas, no se ve ninguna embarcación en la sección de atracadero que termina en el Yacht Club. Si mirás para la desembocadura, tampoco se ve ni una embarcación.
Si hace unos años atrás le decías a un carmelitano que el atracadero de yates iba a estar completamente vacío en mitad de enero, seguramente te mandaban al médico y te decían que estabas loco.
Lejos quedaron los días de un atracadero repleto de yates, uno al lado del otro, a cual más grandes, a cual más confortable y a cual con más cantidad de familias argentinas veraneantes “llegaron los porteños” decíamos en el barrio.
Lejos también quedaron los días en que la gente llegaba en ómnibuses repletos desde la mañana del lunes a la tarde del domingo siguiente.
Es que los veranos en Carmelo eran multitudinarios, un lugar con vida propia que tenía sus propios guiños y secretos durante esos escasos días entre el 25 de diciembre cuando comenzaban a llegar y el último día de febrero cuando se iban.
De gurises era un clásico ir al Refugio con la excusa de jugar maquinitas o una partida de pool para ver si podíamos entablar una charla con alguna de las “porteñas” que venían en los yates.
Cuántos carmelitanos comenzamos nuestra relación con la vecina orilla a partir de aquella porteña de nuestra edad con la que comenzamos a conversar en El Refugio o en la playa?.
Hay mil anécdotas al respecto.
Lamentablemente habrá una generación de carmelitanos que no tendrán esa experiencia de intercambio veraniego.
Pero además se hacían la temporada los vendedores de servicios, entre ellos las dos empresas que en aquel entonces alquilaban motocicletas para que porteños poco expertos, vinieran a hacer sus compras o dar una vuelta por el pueblo.
También los que vendían comida y los que limpiaban los cascos de los yates, en fin, muchos carmelitanos que se hacían gran parte de su sustento del año con la changa que hacían en temporada a partir de la llegada de los yachtman.
Como consecuencia de la pandemia, los yates no pueden llegar a Carmelo porque después no pueden volver, al no considerarse Carmelo como corredor seguro.
Es lo mismo que le pasa a la línea CArmelo-Tigre, al no ser un corredor seguro, Argentina no habilita el servicio diario entre ambas orillas
Uruguay tiene las fronteras abiertas cumpliendo con todos los protocolos de paso de frontera. Antes de fin de año vinieron cinco o seis yates pero se fueron rápidamente.
Lo informal es que cuando zarpan de Argentina no puede volver a ingresar por agua porque no lo consideran como corredor sanitario seguro. Ese es el tema.
También es cierto que los puertos deportivos de Uruguay están habilitados es decir que uruguayos podrían llegar al atracadero de Carmelo sin problemas, pero lo real es que el atracadero carmelitano se nutre solo con embarcaciones de la vecina orilla.
Ese atracadero que este verano, muestra la peor cara que nunca soñamos los carmelitanos.
El problema es argentino.
“Los clubes náuticos no son corredores seguros, y por eso no vienen yates”
Hace unos días, Uruguay eliminó el segundo PCR a los siete días para los turistas, por lo que se elimina una traba más para que vuelva el flujo intenso entre Argentina y Uruguay.
En materia de turismo náutico, el problema es Argentina, ya que los clubes náuticos no son corredores seguros para permitir la llegada de embarcaciones desde Uruguay.
Por qué los argentinos pueden ir en multitud a Mar del Plata, Villa Gesell o Pinamar y no pueden cruzar con su barco al puerto de Carmelo o cualquiera de los puertos deportivos del departamento.
Es lo que se pregunta el Asesor y Consultor Naval Alejandro Kalfayan en una charla con EL ECO. El profesional que está vinculado a Uruguay y que conoce a fondo el sistema marítimo entre ambas orillas, dijo a EL ECO que “el 1 de octubre se abrió la frontera en Argentina y Uruguay y cada navegante deportivo que desee despachar de su puerto de origen, lo puede hacer cumpliendo los requisitos que son esquema de vacunación completo, PCR con 72 horas y el despacho correspondiente”.
EL ECO lo consultó por qué no hay yates en el atracadero de Carmelo, ni en Palmira ni en ninguno de los puertos “hay que llenar un formulario en la página web de migraciones argentina y otro en la página web de migraciones en Uruguay una vez que se llega a Uruguay hay que presentar la documentación y se puede pasar el tiempo que se desee. Uruguay retiró el requerimiento que tenía una semana atrás que al séptimo dia de estadía en Uruguay había que hacer en un segundo PCR. Eso Uruguay lo retiró”, dijo.
Kalfayan contó que “estuve reunido en diciembre con el Ministro de Turismo Tabaré Viera y conversamos de este tema”.
El problema está en que no hay un corredor seguro para regresar a Argentina, explica “es decir que el problema es en Argentina, Uruguay estuvo bien. El problema es en Argentina porque los clubes náuticos no constituyen un corredor santuario seguro para el ingreso al país”.
Estamos trabajando con un grupo de navegantes “solicitando de forma urgente crear corredores seguros a las autoridades argentinas para que el turismo náutico se pueda seguir desarrollando”, “quiero destacar que el navegante por la formación que tienen tiene plena conciencia de los requisitos a cumplir” “esperamos que pronto se puedan solucionar y podamos visitar los puertos uruguayos unos más lindos que el otro” señaló.
En lo personal contó “yo soy argentino pero tengo residencia uruguaya he vivido muchos años en Uruguay por lo que estoy extremadamente vinculado a Uruguay y también estoy trabajando con las embajada argentina en uruguay para lograr el cometido que el navegante argentino que ya está en uruguay pueda recurrir a los consulados para obtener un permiso de ingreso a uruguay”.
Es algo que suena ilógico dijo “porque en la costa atlántica argentina, desde Pinamar, Mar del Plata, Villa Gesell y no vemos ninguna diferencia entre ir a la costa atlántica en un auto a ir en un barco a Uruguay siempre y cuando se cumpla con los protocolos sanitarios” señaló.
Como explicar lo que Se siente al tener coartada nuestras libertades. Soy un navegante que desde la niñez he cruzado el rio para disfrutar de esas costas tan bellas y pasar las vacaciones. Verdaderamente me da mucha tristeza ver los puertos vacios pero no es por no quererlo sino que las autoridades no lo permiten, decir que es una cuestion de corredores sanitarios me hace reir, pues sobran lugares para recbir a las embarcaciones al regreso. Sera entonces un tema politico?
Ĺa famosa grieta?
Agradezco al Uruguay la s cortecias que siempre han tenido con nosotros los navegantes y todo el turismo en general. Siempre nos han brindado la mejor atención. Con el cariño de siempre los abrazo.
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Lamentablemente la politica exterior cierra mas por ignorancia que por prevencion
simplemente hacer el seguimiento anterior y posterior al arribo seria mas que suficiente,
Los contagios son evitables pero no pueden cerrar fronteras, PCR de entrada y salida , ,y seguimiento , , dar aviso de positivos posteriores etc , ,
Tanto carmelo como los «porteños» nos necesitamos por que somos lo mismo «vecinos humanos»
2 o 3 dosis mas que suficiente para entrar y salir de ambos paises,
Basta de ignorancia
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Una imagen desoladora, que se siente en el navegante argentino .no solo por el querido Carmelo ,sino por todos los puertos ORIENTALES. Gran pena en el mundo náutico vela/motor. A los hermanos Charruas perdón!
Buenos vientos y un palmo de agua bajo sus quillas
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