Sobre el acto 206, la costumbre y los blancos.

Acto 206 años fundación de Carmelo. Foto: GM

El  ellos y el nosotros por encima del todos

gm

Había caras que eran un poema. Lo mal que le cayó a algunos de los presentes la llegada de la intendenta de Montevideo Carolina Cosse y del Senador Oscar Andrade podía verse en varias de las caras de quienes estaban en el acto de festejos por los doscientos seis años de la fundación de CArmelo.

Algunos ni saludaron y el presentador, para omitir o nombrarlos, decidió no mencionar a ninguna de las autoridades presentes y se limitó a decir “saludamos a autoridades nacionales, departamentales y locales”. 

No eran pocos, estaban el  diputado Nicolás Viera, la intendenta del departamento que alberga a la  mitad de los uruguayos y un senador de la República. Eran las mayores autoridades presentes en el acto.

El detalle es que  todos eran del Frente Amplio y no había ninguna figura nacional ni departamental del Partido Nacional, salvo la edila departamental María Isabel Rosseli. Y eso motivó la frialdad de los integrantes del Comité Patriótico Femenino y de los integrantes de La Querencia, dos de  los sectores más conservadores de Carmelo, a los que palabras como “comunista” les paraliza el aliento y les cierra el bolsillo, ese bolsillo donde los ciudadanos llevamos al alcance de la mano  algunas cosas básicas como el republicanismo, el respeto por las ideas diferentes o las más básicas normas de convivencia.

Lo cierto es que no hubo ni mención ni saludo a los visitantes que tuvieron el gesto de arrimarse al acto protocolar que sino hubiera pasado sin pena ni gloria. 

La que fue a saludar fue “Marujita” Sarachu,  que después del acto se acercó a dar la bienvenida.

Lo cierto es que el protagonismo de la mañana del sábado pasado, fría mañana que parecía otoñal más que veraniega, se lo llevó la delegación de izquierda que llegó a la Plaza Artigas. Y si bien todos sabían que las visitas no venían al acto sino que andaban en otras actividades proselitistas, lo cortés no quita lo valiente.

Los comentarios que escuchamos después no tienen desperdicio, ni del lado de los organizadores, uno de ellos que se quejó  “los comunistas nos coparon el acto” le dijo a EL ECO  una señora evidentemente enojada, en tanto que desde los visitantes se escucharon frases como “que mala onda que hay acá, parece que no les gustó que vinieramos”.

Acto blanco.

Después de tantos años de monopolio blanco a nivel local y departamental, se ha producido una especie de asfixia del partido gobernante sobre el resto de los ciudadanos. Entonces, todo parece organizado por blancos para blancos, que luego que tienen todo armado, invitan si quieren al resto de la sociedad a participar. Pero el protagonismo es de ellos.

Incluso, esta conducta, se ha instalado como natural dentro de los ciudadanos que no son oficialistas, oficialismo que también ahora integran los colorados riveristas y demás sectores conservadores.

Pero Carmelo, esencialmente, es tierra de blancos. Entonces, en todos los actos oficiales y actividades sociales parece que están armadas por blancos sólo para blancos, y el resto si quiere ir que vaya y el que no, que se embrome. 

Es así que para hacer cualquier cosa hay que pedirle permiso a los blancos, hablar con los blancos y arreglar con los blancos. Se hace lo que ellos quieren y lo que ellos no quieren.

Eso se ve en el municipio, se ve en la junta departamental y se ve en la intendencia. Todos lugares donde el Partido Nacional tiene mayoría absoluta.

Mayoría absoluta que a lo largo de tantos años, genera una especie de asfixia social, un sentido de frustración en aquellos que están ajenos a esta forma de ejercer la política local, o que no comulgan con sus ideas.

Los blancos hacen y deshacen a su antojo,  y se baila con la música que ponen ellos y bailan esta música, los que ellos quieren que la bailen.

Esta situación no tiene que ver con las personas que ejercen los cargos, aclaremos esto, sino que tiene que ver con una forma de ejercer cotidianamente la política, que hasta se ha hecho costumbre.

Desde los sectores de poder se ejerce como natural, y desde la población se acepta que es así y no hay quejas. A tal punto no hay quejas que, a la hora de elegir los cargos de gobierno, las mayorías populares terminan votando por lejos al Partido Nacional en Colonia y por lo tanto vox populi, vox dei.

Entonces. despues de tantos años,  parece natural que un acto oficial, donde la mayoría de las instituciones tradicionalistas están dirigidas e integradas por personas de los partidos tradicionales, se mire con mala cara o, directamente no se salude, cuando aparece una autoridad de otro partido en un acto oficial.

Cuando “gobernaban ellos” como dicen los que recuerdan los gobiernos del Frente Amplio, los integrantes de las instituciones locales, como en el caso de Carmelo, -el ejemplo claro fue en los festejos de los 200 años- se la bancaban, aunque el clima de tensión en los actos era evidente. Eso lo pudimos apreciar en alguna visita de los ex presidentes Tabaré Vázquez y José Mujica y en las innumerables ocasiones que el ex Ministro Víctor Rossi estuvo por Carmelo.

Ahora “que gobernamos nosotros” dicen por lo bajo,  “ya no tenemos que aguantarlos” y cómo se permiten gestos como los vividos el pasado sábado en Plaza Artigas.

Una pena porque Caramelo es un “todos” que es bastante más que el “ellos” y el “nosotros”.

Nota escrita para edición de EL ECO.

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